La vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, reclamó este viernes «prudencia» a todos los agentes implicados en la cuestión migratoria porque los mensajes «quienes los oyen y los interpretan son las mafias».
Sáenz de Santamaría realizó estas declaraciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros después de que la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, acusara a los guardias civiles de crear «un pánico» que provocó la muerte de 15 inmigrantes en Ceuta.
«Pediría a todos los agentes mucha prudencia porque nuestros mensajes quienes los oyen y los interpretan son las mafias y en esa cuestión tenemos que ser muy prudentes», pidió la ‘número dos del Gobierno’ para insistir en que «las manifestaciones públicas» que se hacen «a nivel nacional, europeo e internacional las escuchan las mafias«. «Es un elemento muy importante de recepción del mensaje», advirtió.
La vicepresidenta del Gobierno insistió en que las mafias de seres humanos «están muy pendientes de cómo evolucionan los procesos políticos dentro de España y fuera para tomar determinadas decisiones». «Estamos hablando de explotación de seres humanos y ahí nos tienen que obligar a todos a ser muy prudentes», avisó.
Además, Sáenz de Santamaría reclamó implicación y solidaridad a la Unión Europea. «Es fundamental la implicación de la Unión Europa porque España, como frontera sur, es la encargada de gestionar unas fronteras y lo hace con carácter solidario«, recordó para reclamar que «esa solidaridad es la que también demandamos del conjunto de la Unión, que sean conscientes de la dificultad que supone el manejo de la regulación de esas fronteras».
Su petición llega en vísperas de que el lunes el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, viaje a Bruselas para reunirse con la comisario de Interior. La ‘número dos’ del Gobierno reconoció que el ministro «además de darle información voluntaria y de primera humano» le trasladará a Malmström la necesidad de que haya «mayor colaboración entre España y otros Estados del conjunto de la Unión Europea para tomar decisiones responsables y ver cómo gestionamos el fenómeno de la regulación irregular y de los movimientos de las organizaciones de tratas de seres humanos».
En relación a posibles avances en esa reunión, Sáenz de Santamaría reconoció que «una cosa son las reuniones bilaterales y otras las que deciden los asuntos». «Una cosa es la legislación de cada uno de los Estados y otra, los cambios que pueden producirse en justicia e interior para esa gestión solidaria y ordenada».
«Es un trabajo muy difícil y los últimos acontecimientos ponen de manifiesto que tenemos que volver a preocuparnos por este asunto y avanzar y profundizar en muchas de las medidas que son la única garantía de poder ordenar estos procesos», aseguró.
La vicepresidenta reclamó, en el seno de la Unión Europea, «ir a unos planteamientos muy claros» en materia de ordenación de la inmigración de manera legal, de fomento de la integración de esa inmigración de naturaleza legal y de fomentar la colaboración con los países de tránsito.
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