A pesar de la negativa pública de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, hace poco más de un mes, el Gobierno sí que estudia gravar más la propiedad de la vivienda. Así al menos, se recoge en la Actualización del Programa de Estabilidad 2014-2017 que ha sido remitido por el Ejecutivo a Bruselas.
Sin embargo, al preguntarle por la reforma fiscal, la vicepresidenta del Gobierno aseguró que no había intención de que la vivienda habitual fuera imputada como renta en la declaración del IRPF, a pesar de ser una de las recomendaciones del ‘Informe Lagares’.
Ésta fue una de las propuestas de los técnicos, además de que se eliminaran en un plazo de entre 5 y 10 años las deducciones por la compra de vivienda habitual que aún disfrutan quienes la compraron antes de 2013. Se trataba, eso sí, de una medida transitoria ya que para el futuro, el equipo de Manuel Lagares establecía que en el futuro sólo estuviese gravada con el impuesto actualizado sobre bienes inmuebles (IBI).
El aumento del gravamen de la vivienda no es la única posibilidad. El texto enviado a Bruselas destaca además que el Gobierno estudia otras alternativas como la imposición sobre la propiedad, la medioambiental con el menor impacto posible en la competitividad, mecanismos de pago por uso de servicios, el incremento de los impuestos por uso frente a los que gravan la transmisión de la propiedad o la imposición sobre el sector financiero en el marco armonizado de la UE».