El Ibex y el FTSE británico han sido la excepción en un día en que se ha producido en Europa una leve recogida de beneficios tras el festival del pasado viernes. Quitando algo de volatilidad que se ha dado en las dos primeras horas de la sesión, la jornada bursátil en el Viejo Continente ha transcurrido sin sobresaltos.
Con la agenda macroeconómica prácticamente vacía, las expectativas sobre el encuentro entre el nuevo gobierno griego y la canciller Merkel han centrado el debate.
El Ibex ha subido al cierre un +0,29% hasta los 11.452 puntos. Los avances han venido liderados por Indra (+4,02%), FCC (+3,83%) y Bankinter (+2,90%). Banco Popular no se ha quedado atrás, alzándose un +2,77% tras recibir un cambio de recomendación positivo por parte de los analistas de Goldman Sachs. OHL logra frenar una racha de 4 sesiones en rojo al subir hoy un +2,17%.
En terreno negativo se han situado apenas 7 compañías del selectivo, entre ellas Bankia, que ha cedido un -0,96% ya que a diferencia de Banco Popular, el departamento de análisis de Goldman Sachs ha recomendado vender sus acciones. También se han producido retrocesos en Inditex, que ha caído un -0,56% desde sus máximos históricos, así como empresas ligadas a las materias primas como Repsol (-0,12%) y Arcelormittal (-0,56%).
El dólar se ha depreciado hoy respecto a la mayoría de divisas internacionales. El eurodólar ha retornado hoy a la zona del 1,09, lo que ha provocado descensos en índices europeos como el MIB italiano (-0,52%) un DAX alemán (-1,19%) donde el sector automovilístico ha sido el peor parado.
En el mercado de deuda, y coincidiendo con la tercera semana de compra de bonos por parte del BCE, no se han producido variaciones significativas. La prima española permanece ligeramente por encima de los 100 puntos básicos y la rentabilidad del bono a diez años en el 1,25%.
En Wall Street la sesión ha comenzado con pequeños avances en los principales índices. Los mercados se hacen eco de unas declaraciones de Stanley Fischer, vicepresidente de la Fed, que ha dicho que las subidas de tipos se producirán probablemente este año y que estas no serán ni uniformes ni predecibles.
Allí sí han contado con referencias macroeconómicas como la confianza del consumidor de marzo, que ha caído menos de lo esperado (-3,7 en comparación con un recorte previsto hasta -6,0).
La venta de viviendas de segunda mano creció un +1,2% en febrero. Se trata de una variación inferior al +1,7% que esperaba el consenso de analistas, lo que demuestra que el sector está teniendo dificultades a la hora de coger ritmo. Esto se debe principalmente a que los precios de las viviendas están subiendo más rápido que los salarios, los préstamos no se están obteniendo con facilidad, y la escasez del inventario de casas donde elegir hace que los precios se mantengan altos.
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