El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha mejorado seis décimas, hasta el 5,4%, su previsión de crecimiento de la economía española para este año, aunque mantiene en el 5,7% la de 2022. En todo caso, advierte de que los niveles precrisis «podrían no recuperarse hasta finales» del próximo año.
Así lo ha trasladado el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, en un encuentro ‘online’ para presentar el informe ‘La recuperación de la economía española necesita de un clima empresarial favorable’.
El IEE estima que el crecimiento trimestral del PIB del segundo trimestre rondará el 2%, aunque «podría acelerarse en el tercer y cuarto trimestre» si los sectores que todavía no se han recuperado ganan dinamismo, especialmente el turismo.
Precisamente, sobre el turismo, el director general del IEE, Gregorio Izquierdo, ha subrayado que, «en el mejor de los casos» este año se situará en el 50% de lo que es un año normal para el turismo en España.
En el escenario más favorable que dibuja el IEE, el turismo podría aportar 2 puntos al PIB de 2021 y en el más prudente, un punto. Izquierdo ha señalado que, también por el proceso de vacunación, creen que se estará más cerca del escenario favorable, pero aún así «no se va a alejar mucho del escenario previo a la crisis».
El IEE estima que el crecimiento de 2021 vendrá impulsado fundamentalmente por la recuperación de la demanda interna, gracias al mayor dinamismo del consumo de las familias y la inversión.
En lo que respecta al sector exterior, espera que el saldo de turismo mejore gradualmente en línea con el aumento de la llegada de turistas extranjeros, al tiempo que las exportaciones continuarán avanzando a mayor ritmo que las importaciones. Ello permitirá que la economía española registre un superávit en la balanza por cuenta corriente de en torno al 1% del PIB en 2021 y algo superior en 2022.
En lo que respecta el empleo, Fernández de Mesa ha avisado de que no mostrará un crecimiento tan intenso como el PIB en 2021 y 2022 debido a los trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Además, ha indicado que parte de los parados que pasaron a ser inactivos durante la pandemia podrían volver a incrementar las cifras de desocupados. Así, el IEE prevé que la tasa de paro se estabilice en 2021 en el entorno del 15,5%, para moderarse en 2022 hasta el 14,8%.
Estas previsiones, ha explicado el presidente del organismo, reflejan un escenario central con un buen avance de la vacunación y la relajación de restricciones a la actividad y la movilidad, aunque considera que hay que mantener cierta «cautela» sobre la intensidad de la recuperación por la inflación y la persistencia de la pandemia.
Precisamente, sobre los precios, el IEE considera que la inflación seguirá este año muy condicionada por la evolución del precio del petróleo y de los productos energéticos en general. Estima que el IPC cerrará este ejercicio en el 1,7% y que se atenuará hasta el 0,8% en 2022.
Sobre el gasto público, prevé un repunte del mismo respecto a 2020 pese a que el gasto corriente asociado a la pandemia disminuirá y a que mejorarán los ingresos, aunque todavía no llegarán a los niveles precrisis.
Por todo ello, el IEE calcula que el déficit público se reducirá este año «menos de lo deseable», hasta el 8,6% del PIB, y se situará en el 6,2% del PIB en 2022. Ello, ha avisado Fernández de Mesa, repercutirá en nuevos aumentos de la deuda pública y supondrá un elemento de debilidad para la economía española en el futuro.
El presidente del IEE ha indicado que las claves para consolidar la recuperación de la economía pasan por corregir los desequilibrios de las finanzas públicas y del mercado laboral y hacer un uso apropiado de los fondos de recuperación europeos, aunque, para Fernández de Mesa, más importante que estos recursos es acometer un plan «ambicioso» de reformas estructurales, evitando las reformas «superficiales».
Además, el IEE considera que no deberían revertirse aquellas reformas ya realizadas y que han funcionado. «La puesta en marcha de unas reformas estructurales apropiadas contribuirá a un mejor aprovechamiento de los fondos europeos, incrementando su efecto tractor y dinamizando la recuperación», defiende el organismo.
Para el Instituto, es necesario además diseñar una estrategia a corto y medio plazo de consolidación fiscal, orientada a asegurar un entorno económico «estable y previsible» y que contemple como principales objetivos la reducción tanto del déficit estructural como de los niveles de deuda pública.
«El camino hacia la necesaria consolidación fiscal ha de ser el de la contención y la mejora de la eficiencia del gasto, habida cuenta de los perjuicios sobre la actividad económica que tienen las alzas impositivas. La vía menos dañina y más eficaz a largo plazo para abordar la necesaria reducción del déficit pasa por la contención del gasto», subraya.