El juego ‘on-line’ se ha disparado en España en los últimos años, principalmente apuestas o poker, y con ello el aumento de conductas problemáticas o adictivas, hasta el punto de que se ha convertido ya en el segundo motivo de tratamiento por ludopatía, solo por detrás de las máquinas tragaperras.
Así se desprende de los datos recabados por la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), que ha presentado una campaña en centros educativos de toda España para prevenir entre los jóvenes este tipo de adicciones o las derivadas del uso cada vez más frecuente de las nuevas tecnologías y las redes sociales.
A partir de 2011, año en que el Gobierno reguló el juego ‘on-line’, han proliferado las páginas dedicadas a esta actividad y también su consumo, superando ya en usuarios y en gasto a otros juegos que pueden generar adicción como los casinos y situándose al nivel de las loterías convencionales.
El problema, según ha reconocido el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín, es que se estima que entre el 1,5 y 2 por ciento de quienes participan en algún juego ‘on-line’ pueden acabar haciendo un uso patológico del mismo. De hecho, un estudio realizado en febrero de este mismo año por FEJAR ha revelado que, aunque la mayoría de jugadores en rehabilitación presentaban una adicción a las máquinas tragaperras, el segundo motivo de tratamiento son las adicciones al juego ‘on-line’.
«En un año y poco ha superado en gasto y gravedad a otros juegos», ha asegurado Mariano Choliz, profesor de Psicología de la Universidad de Valencia, que admite que su éxito y su peligro radica en que «la respuesta y la recompensa es inmediata, como con las máquinas tragaperras, y además está muy accesible». «No hace falta ir al casino, se puede jugar desde casa o a través del teléfono móvil», ha apuntado.
Asimismo, en otros estudios se ha observado que la tasa de adictividad con el juego ‘on-line’ es mayor que con juegos convencionales, de modo que se estima que más del 30 por ciento de los usuarios de tragaperras ‘on-line’ llegan a desarrollar algún tipo de adicción al juego.