Actualmente, la formación en ciberseguridad es imprescindible para estar dentro de las demandas del mercado laboral o simplemente para mejorar las condiciones y puestos de trabajo, al tener la mayoría de las empresas la digitalización como asignatura pendiente.
En el mundo interconectado actual, donde la presencia y el patrimonio digital está digitalizado, en el entorno laboral y profesional es necesario protegerlo de los que buscan el dato, recordando que, en el ciberespacio, no hay enemigo pequeño y el más despierto se aprovecha del usuario novel o con pocos conocimientos tecnológicos.
Por ello, es vital una capacitación en ciberseguridad, una formación que se debe adquirir de manera acelerada y que debería ser obligatoria desde primaria. Del mismo modo que en esa edad se enseñan otras disciplinas de estudio y de adquisición de datos, los conocimientos en ciberseguridad son necesarios para poder crear un entorno estable y una navegación segura, mitigando al máximo posible los problemas que surgen en los entornos digitales, porque la seguridad 100% no existe.
¿Cuáles son los riesgos asociados a la tecnología?
En este contexto, es imprescindible recibir preparación, ya que la mejor arma es el conocimiento y la destreza en las habilidades tecnológicas para poder identificar los ataques e identificar a los autores, implantar medidas y contramedidas que alerten sobre cualquier vulnerabilidad. Con el gran número de dispositivos interconectados que existen, en ocasiones es muy complicado garantizar la seguridad de una superficie tan grande. Por este motivo, es preciso saber identificar los peligros presentes en el entorno laboral, profesional y personal, como son una impresora, un ordenador o un terminal móvil, los cuales pueden ser hackeados y convertidos en instrumentos para obtener datos, fotos o amenazar a la empresa de diferentes formas, como ocurre por ejemplo con el denominado ransomware.
Cualquier dispositivo digital con capacidad de conexión puede ser vulnerable: una bombilla inteligente, un frigorífico interconectado, un robot de cocina, un asistente virtual, un aspirador inteligente, entre otros.
En el entorno corporativo, la caza del dato es muy frecuente, ya que se aprovecha una legislación lasa en materia de delitos informáticos. Los delincuentes roban datos e incentivan a trabajadores descontentos a acceder a los equipos de la empresa. También crean campañas fantasiosas para camuflar el phishing y robar los datos, contraseñas y credenciales de las empresas y acceder a los datos de los directivos o documentos sensibles con los que chantajear a la empresa. El objetivo es disminuir su capacidad comercial o tecnológica, destrozar su reputación digital o realizar acciones que pueden poner en peligro la continuidad de la empresa.
El método para protegerse de los ciberataques
Una vez conocido cómo puede afectar a un negocio y vida personal el uso malintencionado de la tecnología por parte de terceros se debe proceder a neutralizar esas amenazas, implantar medidas y contramedidas para blindarse frente a posibles ataques. Todo ello requiere un conocimiento que se puede adquirir con el Máster de Delitos Informáticos y Peritaciones Judiciales Informáticas de la ANTPJI.
Que una empresa o un usuario sufra un robo de datos privados, cuentas bancarias, robo de datos de clientes o información confidencial supone un gran peligro para la integridad de la organización, su reputación, su economía e, incluso, en ocasiones, la continuidad del negocio.
La tecnología avanza meteóricamente, cada día salen más productos, aparatos, programas, aplicaciones y dispositivos que mejoran la calidad de vida y la automatización de procesos. Simultáneamente, crece la demanda de entrenadores de robots, de programadores, de analistas de big data e incluso de mantenedores tecnológicos e investigadores digitales.
El aprendizaje efectivo en ciberseguridad se obtiene cuando se combina una capacitación académica y el desarrollo de habilidades tecnológicas, junto con un aprendizaje continuo, sirviendo para implantar las soluciones más innovadoras y tecnológicas para la identificación, defensa y neutralización de las diferentes amenazas.
Los ciberataques, las sextorsiones, los fraudes, las estafas bancarias y los secuestros de datos corporativos han aumentado, se han sofisticado y es imposible la identificación de los atacantes, incluso cuando se paga el rescate. La policía no cuenta ni con medios, ni con recursos para frenar cada cuatro segundos el delito informático que se produce en España y eso cuando se llegan a descubrir, puesto que muchas empresas los identifican meses después, como ha pasado en empresas de reconocido prestigio e incluso en cumbres de jefes de gobierno.
Muchos empleados optan por capacitarse con una certificación de Investigador Digital Forense o con el Máster de Ciberseguridad de la ANTPJI para mejorar sus condiciones de trabajo, progresar en una nueva división o simplemente porque se va creando una cultura de la ciberseguridad. Cada persona debe ser consciente de la importancia que tiene conocer los puntos fuertes y débiles de cualquier ciberataque para poder adelantarse a ellos y saber actuar, en caso de que ocurran.
Los empleados son la primera línea de la ciberdefensa de una empresa y el 80% de su actuación y proceder será determinante para la empresa. Algunos son conscientes de los peligros a los que se exponen día a día en los entornos digitales y, por ello, han decidido tomar la decisión de seguir formándose en temas de ciberseguridad.
Son muchas las ventajas de una formación online, como por ejemplo, que no sea necesario desplazarse presencialmente al aula, lo que supone un ahorro de costes y tiempo que puede aprovecharse para otras tareas o compatibilizarlo con el trabajo actual, como hacen la mayoría de los alumnos de ANTPJI.
Los delitos informáticos más recurrentes
El correo electrónico es el mayor vector de ataque al que se enfrentan todos los usuarios y empresas, llegando a provocar serias consecuencias al ser relativamente fácil conseguir las credenciales corporativas a cambio de placebos digitales.
Las administraciones son las peores paradas en cualquier estudio de ciberseguridad, donde se pide una serie de requisitos para la seguridad de los equipos, mientras cuentan con sistemas operativos caducados, debiéndose de preocupar por la recuperación de correos electrónicos gubernamentales que siguen sirviendo para desarrollar estafas digitales.
El propio gobierno británico ha llevado a cabo esta normativa, de tal forma que ha recuperado el control de casi 6.000 correos. Aparte, se ha aprobado una Estrategia de Ciberseguridad Nacional, en la cual, afirman la inflexibilidad del gobierno británico en que aumenten los costes y los riesgos de los hackers.
Un Código Penal antiguo, una legislación lasa en materia de delitos informáticos, la existencia de paraísos digitales, la escasez de profesionales de la globalización, la falta de recursos y profesionales por parte de la administración para crear un organismo de control de la ciberseguridad, la escasa infraestructura necesaria para realizar ataques informáticos, la ausencia de pena en los delitos informáticos y el escaso seguimiento por parte de la fiscalía conducen a un escenario donde la sofisticación de las técnicas de hackeo supera las capacidades de defensa.
A esto hay que añadir el aumento de nuevos elementos digitales que se están incorporando en el día a día de la sociedad, como la inteligencia artificial, el 5G o la computación cuántica y la nube. Los ataques malware y ransomware se han sofisticado y proliferado tanto en los últimos años que pueden generar verdaderos desastres como el conocido WannaCry o los ataques sofisticados mediante phishing, suplantando la identidad de los directivos para realizar estafas millonarias.
Cada día son más numerosas las empresas que funcionan a través de la nube y los cibercriminales están al corriente de ello. Por eso, las técnicas se están innovando y los ataques son más complicados de frenar. Los ciberataques a la nube son un problema que afecta a todas las empresas, ya que sus datos corren un grave peligro.
La relevancia de la formación en ciberseguridad
Los nuevos troyanos bancarios, los ataques contra comunicaciones entre entes privados o públicos, etc., todo está conectado. Hoy en día, se usa la tecnología para transmitir y recibir información de todo tipo. ¿Qué pasa cuando cae información confidencial en manos de ciberdelincuentes? Por este motivo, realizar un máster de ciberseguridad para poder gestionar los riesgos digitales de una empresa garantiza poder encontrar un puesto de trabajo en numerosos sectores.
En cualquier ingeniería, es necesario contar con nociones sobre ciberseguridad para poder desarrollar los proyectos de manera segura, sin ser hackeados por los cibercriminales, que cada día perfeccionan e innovan su repertorio.
Del mismo modo que un máster de ciberseguridad permite encontrar un puesto de trabajo de manera sencilla, también permite conseguir una mejor posición en la empresa actual. Formarse en ciberseguridad permitirá poder tener una ventaja competitiva frente a otros profesionales menos cualificados.
Los nuevos perfiles que están surgiendo de ciberseguridad tienen un gran valor para la alta dirección de cualquier empresa. En este sentido, un máster de ciberseguridad ayudará a crecer a nivel profesional dentro de la empresa actual.
Durante los últimos años, los hackeos se han sofisticado, volviéndose mucho más fuertes y afectando duramente a las empresas. El ámbito digital está en continua evolución y también sus riesgos. Conocer de primera mano los ataques y las herramientas para poder pararlos es primordial para evitar daños y robo de datos.
Estos son algunos de los motivos por los que el Máster de Ciberseguridad de la ANTPJI resulta muy útil y una buena opción a día de hoy. La presencia online de las empresas es indispensable y proteger sus datos se ha vuelto una tarea difícil debido a la falta de formación. Es posible ganar ventaja competitiva matriculándose en ANTPJI.