El Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), ha adjudicado a Pangea Aerospace y Payload Aerospace el diseño y desarrollo de una «solución tecnológica innovadora» para un prototipo de lanzador de pequeños satélites al espacio por algo más de 100 millones de euros, según figura en el portal de contratación del Estado y recoge Europa Press.
El importe que recibirá Pangea Aerospace por este contrato público se eleva hasta los 50,8 millones de euros (impuestos incluidos), mientras que a Payload Aerospace se le abonarán 50,78 millones de euros.
En ese sentido, la adjudicación –que recibirá financiación de los Fondos Next Generation de la UE– no incluye la «validación operacional en entorno real», es decir, el lanzamiento al espacio, según figura en el pliego de prescripciones técnicas del contrato.
Así, los objetivos contemplados en la adjudicación son el diseño y desarrollo de las tecnologías espaciales necesarias para un sistema completo de prototipo de lanzador de pequeños satélites basado en un protocolo de especificación, diseño, desarrollo, verificación y validación.
Además, se deberá demostrar y validar la disponibilidad operativa de las tecnologías a desarrollar para el sistema y las empresas adjudicatarias también deberán proporcionar un diseño, un desarrollo tecnológico y una demostración o verificación de prestaciones a nivel de ensayos en tierra.
Por otro lado, el principal requisito funcional del prototipo de lanzador es poder poner en órbita satélites con una carga útil de entre 300 y 800 kilos «en una órbita de referencia tipo helio síncrona (SSO) de alrededor de 500 kilómetros de altura».
«Este requisito se deberá cumplir suponiendo que la localización geográfica del lanzamiento del prototipo se realiza desde una localización geográfica con similar latitud a la del puerto espacial europeo Guiana Space Centre (CSG) sito en la Guayana Francesa», según se especifica en el pliego de prescripciones técnicas.
Asimismo, el contrato contempla una primera fase de diseño de la solución, la cual tendrá una duración máxima de cinco meses desde la formalización de la adjudicación.
La segunda fase, ligada al desarrollo del prototipo, tendrá una duración máxima de 24 meses una vez certificada la primera etapa del proyecto. De este modo, la fecha límite de ejecución del contrato será el 31 de diciembre de 2025.
IRRUPCIÓN DE SPACE X
En el apartado relativo a la argumentación sobre la necesidad del contrato, el Ministerio de Ciencia e Innovación señala que los sistemas y aplicaciones espaciales reportan un beneficio al ciudadano, ya sea vía las aplicaciones de posicionamiento, las imágenes de observación de la tierra y los avances científicos, entre otros.
En este contexto, la cartera que dirige Diana Morant apunta que en los últimos años ha habido un evolución tecnológica en «miniaturización, digitalización y conceptos avanzados» que ha propiciado que el mercado camine hacia «satélites más pequeños y con más funcionalidades».
«Aplicaciones tales como la observación de la tierra, comunicación, sistemas de gestión y servicios para el tráfico aéreo, constelaciones, posicionamiento global por satélite, calificación de tecnología, redes de datos e internet dependen de ellos», destaca.
Así, apunta también que el mercado espacial «está en proceso de transformación» y hace hincapié en que un factor importante ha sido la irrupción de la empresa privada de lanzadores SpaceX –dirigida por el magnate Elon Musk–, cuya «política de precios» ha presionado al mercado y ha «producido una bajada continua desde 2014».
«Además, se ha hecho también más asequible el coste de fabricación de satélites y cada vez más países disponen de la capacidad de fabricarlos», agrega el documento.