El ministro de Finanzas de Alemania, el liberal Christian Lindner, ha apuntado que una hipotética intervención significativa del Banco Central Europeo (BCE) en defensa de la deuda soberana de Francia plantearía cuestiones económicas y también constitucionales que habrían de ser examinadas.
En su intervención en un coloquio organizado por el Instituto de Investigación Económica de Múnich (Ifo), Lindner ha advertido de que una intervención «fuerte» por parte del BCE «plantearía algunas cuestiones económicas y, por cierto, constitucionales».
En este sentido, en referencia a la potencial aplicación del instrumento antifragmentación o TPI (Instrumento de Protección de la Transmisión) del BCE, el ministro alemán ha señalado que supondría hacer uso de instrumentos «que hasta ahora sólo existían como nota de prensa».
De este modo, implementar este instrumento más allá del comunicado de prensa también requeriría que el ministro de Finanzas de Alemania «verificara si todo sigue cumpliendo con la ley».
«Esperemos que el BCE no tenga que verse involucrado», ha reconocido Lindner, reiterando su deseo de que no sea finalmente necesario que el banco central recurra a este instrumento, establecido hace dos años, pero que nunca ha sido utilizado por el BCE.
La decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, de convocar elecciones legislativas anticipadas el pasado 9 de junio ha inquietado a los mercados ante la incertidumbre de una potencial victoria del partido liderado por Marine Le Pen, lo que ha ampliado el diferencial de rentabilidad exigido a los bonos soberanos franceses a diez años respecto del ‘bund’ hasta los 80 puntos básicos, en máximos desde 2017.
«Para nosotros, la resiliencia fiscal es un seguro», ha defendido Lindner, quien ha presumido de que Alemania tiene tanta credibilidad en los mercados que no tiene ningún problema que temer y ha subrayado su voluntad de «mantener a Alemania como el patrón oro absoluto de la financiación gubernamental», porque esta resiliencia fiscal también es parte de la fortaleza geopolítica y de la capacidad del país para responder a las crisis.
«Por eso soy aguafiestas y siempre señalo que tenemos que seguir cumpliendo con los europeos», ha defendido.