El número de pymes concursadas subió un 23,6% interanual en el cuarto trimestre de 2022, hasta un total de 931 concursos, según datos difundidos este miércoles por la patronal de las pequeñas y medianas empresas Cepyme a partir de las estadísticas que elaboran los Registradores de la Propiedad.
Pese al repunte experimentado en el último cuarto del año, el ritmo de crecimiento interanual de los concursos entre las pymes se moderó respecto al tercer trimestre de 2022, cuando este indicador se disparó un 87,6%.
En todo caso, estos datos constatan, para Cepyme, los efectos de la moratoria concursal implantada durante la pandemia, que «afloró los concursos a partir del verano de 2022».
En el caso de las pequeñas empresas de menos de 50 trabajadores, el número de concursos subió un 22,5% interanual en el cuarto trimestre de 2022, hasta un total de 905, mientras que en el rango de las empresas medianas, el incremento interanual fue del 82,1%, con 26 concursos.
En el conjunto del último trimestre de 2022 se registraron 5.544 concursos, de los que 4.407 fueron de personas físicas y 1.137 de empresas. Dentro de estas últimas, 204 se produjeron en compañías que no estaban clasificadas en la estadística registral por tamaño.
Estos datos contrastan con los contabilizados un año antes, en el cuarto trimestre de 2021, cuando la cifra total de concursos fue de 929, con 175 empresas no desglosadas por número de trabajadores.
LA MORATORIA CONCURSAL «AGRAVA» LOS PROBLEMAS DE MOROSIDAD
Cepyme advierte de que, aunque la moratoria concursal que duró desde marzo de 2020 hasta el 30 de junio de 2022 impidió que se produjera un aluvión de concursos durante la fase más agresiva de la pandemia, su duración «ha deparado también efectos contraproducentes», pues «ha agravado» los problemas de morosidad de las empresas acreedoras.
Asimismo, la organización que preside Gerardo Cuerva ha denunciado que las pymes no sólo tienen que hacer frente al impacto que dejaron las restricciones de la actividad en la pandemia, sino también «a una concatenación de elementos adversos», entre los que cita el «fuerte» repunte de la inflación, el encarecimiento del crédito y «la mayor aversión de las entidades financieras a prestar dinero».
Por otra parte, avisa Cepyme, las pequeñas y medianas empresas españolas «han soportado una mayor carga impositiva y nuevas trabas burocráticas», al tiempo que «encaran una fuerte alza de cotizaciones sociales», factores que se suman a las subidas consecutivas del salario mínimo interprofesional (SMI). Todos estos elementos, critica la patronal, «complican la supervivencia de las pymes».