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El PIB del cuarto trimestre será casi un 8% inferior al del cierre de 2019

El PIB del cuarto trimestre de este año será un 7,9% inferior al del cierre de 2019, con un nivel equivalente al de principios de 2015, como consecuencia de la crisis económica derivada del Covid-19, según una nueva edición del Observatorio del Ciclo Económico en España, lanzado semestralmente por BBVA Research, Fedea y la Fundación Rafael del Pino.

En cuanto al PIB por población en edad de trabajar, en el cuarto trimestre de este año se situará un 8,7% por debajo del de finales de 2019.

Así se desprende de una nueva edición del Observatorio del Ciclo Económico en España, que se centra en evaluar los factores que explican el comportamiento cíclico de la producción durante la crisis del Covid-19, pero también los que ayudan a entender las variaciones de los ingresos y el déficit públicos.

El observatorio señala que la contracción interanual del PIB por población en edad de trabajar (PET) alcanzó el 25,3% en el primer trimestre del año, situándose en niveles de la segunda mitad de 1997, y que la fuerte recuperación en el tercer trimestre ha dejado la caída entre el último trimestre de 2019 y el tercero de 2020 en 10 puntos. Las previsiones para el último trimestre del año estiman que el PIB por PET se quedará aproximadamente un 8,7% por debajo del de finales de 2019.

En la parte más dura del confinamiento de la población española, los dos primeros trimestres del año, los factores de oferta explicaron casi un 60% de la caída del PIB por PET, mientras que los de demanda representaron el poco más del 40% restante.

Sin embargo, la «notable recuperación» de la economía en el tercer trimestre del año tuvo su origen en factores fundamentalmente de demanda, ya que las perturbaciones de oferta siguen contribuyendo a la variación interanual experimentada por la actividad», explica el observatorio.

Entre los factores de oferta, la productividad total de los factores explica en mayor medida la caída de la producción, con una caída media de 8,5 puntos durante los tres primeros trimestres. También a partir del segundo trimestre del año la contribución negativa de las perturbaciones asociadas a los márgenes en la fijación de precios y salarios «va cobrando vigor».

Asimismo, las perturbaciones a los tipos impositivos efectivos sobre trabajo y capital (fundamentalmente los primeros) también están contribuyendo a explicar las caídas del PIB respecto a hace un año, ya que en el conjunto de 2020 podrían acabar detrayendo, en promedio, 0,7 puntos porcentuales de crecimiento.

Entre los factores de demanda, el estudio destaca la «notable» aportación positiva del crédito bancario que durante los tres primeros trimestres del año aportó casi 2 puntos porcentuales a la variación del PIB por PET. En el lado negativo de la balanza sitúa las perturbaciones de consumo privado y demanda de viviendas, y las que afectan al comercio exterior, con un peso muy importante en el segundo trimestre.

Entre tanto, las perturbaciones al consumo público han desempeñado un papel contracíclico a lo largo de 2020, con una contribución positiva media de alrededor de 0,2 puntos de crecimiento desde el segundo trimestre en adelante. Por su parte, las de la inversión pública presentan una contribución neutra en el conjunto de 2020, aunque con diferencias entre trimestres.

En la vertiente de los ingresos, mientras que las perturbaciones que afectan a los ingresos por el impuesto sobre el trabajo tienen un claro comportamiento procíclico, llegando a reducir en más de 1,5 puntos el PIB por PET en el segundo trimestre, las de los ingresos por consumo han contribuido a mitigar la caída de la producción a lo largo de todo 2020. A su vez las perturbaciones que afectan al impuesto de capital tienen una contribución menor y asimétrica a lo largo del año.

De la recaudación por impuestos, es la del consumo la que sufre un mayor desplome, con una caída interanual de más del 40% en el segundo trimestre, que se recupera parcialmente hasta disminuir un 25% en el tercero.

La política fiscal que se realiza a través del consumo público, la inversión o los impuestos explica una parte muy reducida, y en algún trimestre en sentido contrario, del cambio experimentado en la ratio de déficit público sobre PIB, que en términos interanuales aumentó en casi 17 puntos porcentuales.

Otros shocks que afectan a las bases imponibles, y las transferencias fiscales a hogares y empresas son los principales responsables del deterioro del saldo primario presupuestario, según señala el Observatorio.

Respecto al empleo, apunta que si se cumplen las previsiones para el último trimestre de 2020, a final de año se registrará una tasa de vacantes «significativamente menor» que en 2019, idéntica a la del tercer trimestre de 2014, pero con 6,6 puntos menos de desempleo que entonces.

«Sin duda, los avances y mejoras en la regulación laboral tras la reforma de 2012 y a las medidas adoptadas durante la crisis han aumentado la flexibilidad interna con la que empresas y trabajadores pueden hacer uso de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo», valora.

De hecho, subraya que a pesar de que la destrucción de empleo ha sido «relativamente acotada», se constata que el número de horas efectivamente trabajadas se redujo un 4,5% y un 21,7% en los dos primeros trimestres del año y se recuperó un 24,7% en el tercero.

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