Pocos minutos después de las 9:00 de la mañana se daba inicio a la puesta de largo de la nueva Cámara de Comercio de España. En un discurso de marcados tintes institucionales, su presidente, José Luis Bonet, resaltaba la herencia decimonónica de la Entidad Cameral para continuar con un sutil tirón de orejas ante la tardía incorporación de las empresas españolas a los tiempos de la globalización. «Comento muy a menudo que España ha llegado tarde a la globalización, lo que hace aún más urgente poner remedio a este problema». Aseveración que el presidente de Freixenet completaba insistiendo en la necesidad de fortalecer los impulsos, tanto desde la Administración como desde el ámbito de la empresa privada, para la mejora del tejido productivo español y poder generar los «puestos de trabajo tan necesitados» .
En el nuevo proyecto de la Cámara de España, que tendrá como base la colaboración público – privada, dos serán los ejes con los que se pretende contribuir al cambio del modelo empresarial: la internacionalización y la mejora de la competitividad de las pymes, para los que se diseñarán actuaciones específicas orientadas a aumentar su dimensión. Conceptos ambos en los que también redundaba S.M. el Rey Felipe VI, quien destacó el papel de las pequeñas y medianas empresas como «parte esencial del tejido productivo» siendo «las que más contribuyen a la creación de ese empleo que tanto necesitamos».
Por otra parte y en el apartado puramente empresarial, además de destacar el esfuerzo de los pequeños empresarios y los autónomos en particular, que por vez primera estarán representados en el nuevo Consejo a través de dos asociaciones de autónomos (Ata y Ceat), Bonet también quiso reivindicar la «función social de los empresarios» y criticó abiertamente los casos «poco ejemplarizantes y dignos de toda censura».
Competir con calidad y no con precio
La buena marcha del sector exterior, que, según los últimos datos publicados alcanzaron los 220.682,3 millones de euros y experimentaron un crecimiento interanual de más del dos por ciento, así como la mejora de diez puntos en las percepción de la cartera de pedidos a tres y doce meses, ha convertido a la internacionalización en la «apuesta» constante del nuevo modelo empresarial.
Un modelo que requiere romper con ciertas prácticas «erróneas» como la de competir por precio. En este sentido, tanto desde las Cámaras de Comercio como desde la nueva Cámara de Comercio de España, apoyarán las «transformación de la realidad empresarial» a través de programas que «internacionalización orientados a impulsar la calidad, el valor añadido y la marca».