El preso de ETA Ibon Etxezarreta ha pedido perdón por el asesinato del gobernador civil de Gipuzkoa y mlitante socialista, Juan Mari Jauregi, en el que participó este recluso, y, tras reconocer el «daño causado», ha reclamado a Sortu que «abandone su silencio» ante ETA. Etxezarreta, preso de la vía Nanclares, ha realizado este reconocimiento en una carta publicada este martes en los diarios del Grupo Noticias, el mismo día en el que se cumplen 14 años del asesinato de Jauregi.
En la misiva, escrita en euskera, pide perdón a Maixabel Laxa, viuda de Jauregi, y ha agradecido a la exdirectora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco su generosidad, humanidad y su disposición a ayudarle a la hora de profundizar en su revisión crítica del pasado.
En la carta, Etxezarreta, que cumple su condena en la prisión alavesa, reconoce su participación en el atentado y considera «injustificable» el asesinato del militante socialista porque cree que solo sirvió para «arrebatar la vida a Juan Mari y por el tremendo e irreparable dolor generado a su familia».
Etxezarreta, que alude a los testimonios de víctimas que ha escuchado en los últimos años, indica que «por encima de las crueldades que he realizado durante mi militancia soy persona y me he dado cuenta del daño causado a unas familias determinadas con esos atentados». «Escuchar sus testimonios me ha afectado y dolido», señala.
El recluso, que mantuvo un contacto con Maixabel Lasa, asegura que «siente de corazón» lo que hizo hace 14 años y se refiere en su misiva a Sortu, a la que pide que abandonde su «silencio e inmovilismo». «Considero necesario un compromiso serio por parte de Sortu para revertir esta situación de bloqueo. No se puede dejar toda la culpa de lo ocurrido sobre las espaldas de militantes, presos y exreclusos, eludiendo la responsabilidad política propia», apunta.
Etxezarreta, que cree que la de ETA no ha sido la única expresión de violencia, afirma que hay en el «mundo del Movimiento de Liberación Nacional Vasco y fuera de él quien no ha hecho un reconocimiento del daño causado injustamente y tiene pendiente una revisión autocrítica del pasado».