El Rey Felipe VI abogó ayer en Bilbao por «profundizar en el patrón de crecimiento» basado en las exportaciones, y ha recordado que solo en los últimos seis años se han elevado las ventas en el exterior en 12 puntos del PIB.
Don Felipe presidió la apertura del XVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar en el Palacio Euskalduna de Bilbao, donde ha sido recibido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, con la presencia de casi 500 empresarios, entre ellos el vicepresidente del Banco de Santander, Rodrigo Echenique, o el presidente de Mercadona, Juan Roig.
En su discurso, Don Felipe hizo una breve referencia al País Vasco en la que señaló que Euskadi «puede presumir en el ámbito empresarial e industrial», y hasta ha bromeado: «puede (presumir), lo hace y sabemos que lo hace con orgullo y con el estilo propio de los bilbaínos…a lo grande».
Elogió el papel de los empresarios familiares, que desempeñan «una función fundamental como agentes generadores de riqueza y de creación de empleo», y además «con la impronta propia y el empuje característico» que da el sentido familiar.
El Rey agregó que sobre la empresa familiar pesan «ideas preconcebidas», como la de que «generalmente son pequeñas o de que no disponen de suficiente voluntad de crecimiento».
«En realidad, como bien lo demuestran las propias entidades integrantes de este Instituto (de Empresa Familiar), muchas de las grandes empresas españolas son empresas familiares que han sabido compatibilizar su naturaleza familiar con un mayor tamaño», ha señalado.
A todas ellas el Rey las animó a buscar una mayor presencia internacional, porque «es evidente que cuanto mayor sea el número de empresas exportadoras y más amplia, también la diversificación geográfica de estas exportaciones, mayor será su aportación al PIB y a la creación de empleo en la economía española».
Otra cuestión, añadía Don Felipe, que «también hay que tener muy en cuenta es la mayor facilidad de acceso al comercio internacional que abre el desarrollo tecnológico; internet, la digitalización, la logística más eficiente y los sistemas de pago electrónico son impulsores potenciales de una mayor presencia internacional de las empresas familiares».
Para terminar, el Rey ha pedido a todas las grandes empresas familiares que ayuden también a las pymes familiares a hacer frente a los retos que ha mencionado.
«Las pequeñas y medianas empresas son actores claves del tejido productivo español que generan la mayor parte de los puestos de trabajo. Y la generación de empleo es ahora nuestra meta más urgente e importante», ha concluido.
Don Felipe fué recibido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, quien, en un discurso mucho más político, reclamó ante el Rey y los empresarios la recuperación del «espíritu de pacto institucional» y de «reconocimiento mutuo» que supuso el Estatuto de Gernika, que ayer cumplió 36 años.
El lehendakari afirmó que después de 36 años «el espíritu de pacto se desvanece» al no completarse el Estatuto, no respetarse la «bilateralidad» entre Euskadi y el Estado y cuestionarse el Concierto Económico.
Por ello, demandó recuperar el espíritu de pacto institucional con un «acuerdo que suponga el respeto a la diversidad y la pluralidad, el reconocimiento mutuo y la asunción de la realidad plurinacional, ha añadido.
Aunque pidió este nuevo pacto, Urkullu ha subrayado su compromiso como lehendakari por la «estabilidad institucional y política».
«Quiero que el mundo de la empresa aquí presente sea consciente de este compromiso de país», ha recalcado.
El Congreso se celebra por primera vez en Bilbao, tras la reciente constitución de la asociación en Euskadi del Instituto de Empresa Familiar, organizador del mismo.
Su presidente, Javier Moll, y el vicepresidente del Santander, Rodrigo Echenique, han destacado la labor de resistencia de los empresarios vascos durante las décadas del terrorismo de ETA.
Echenique ha destacado que la salida de la crisis se produce con un modelo de «más calidad» que en ocasiones anteriores gracias al mayor peso de las exportaciones.
EFECOM
