Pilar Aceña y Javier Olmedo son un matrimonio de artistas que desde que se conocieron han compartido su pasión por el mundo del arte.
Y de esa experiencia nació esta academia; el Taller de Dibujo y Pintura Aceña Olmedo, en el que cientos de niños y adultos han encontrado un espacio donde expresarse y compartir su afición.
Compartir buenos momentos y explorar la creatividad
Esta academia ofrece a sus alumnos un lienzo en blanco sobre el cual dar sus primeras pinceladas, acompañándoles, paso a paso, en el desarrollo de su obra. Un espacio para aprender y compartir. Y para ello será el alumno quien escoja libremente el modelo, tamaño o técnica empleados. Carboncillo, grafito, pastel, acuarela, óleo, acrílicos… Lo principal es que cada uno se sienta cómodo, porque eso es lo realmente importante: disfrutar del proceso creativo.
Pilar explica que, “Los materiales y las técnicas son senderos. Para saber cuál debes tomar, piensas antes dónde quieres llegar, ¿no? Y, sin embargo… ¿nunca habéis caminado sin rumbo, dejando que los pies os lleven a donde quieran, descubriendo las sorpresas de un camino desconocido? El arte es lo mismo. Unas veces tienes claro lo que quieres expresar y trabajas con determinación; otras dejas que el material y el momento te sugieran pasos, como si la obra hablase contigo y, así, la vas descubriendo conforme aparece ante tus ojos.”
Y continúa hablando sobre su experiencia en estos diez años: “El tiempo que comparto con mis alumnos es un privilegio. Disfruto enormemente cuando se sorprenden a sí mismos ante obras que no se creían capaces de hacer. Y por eso cuido especialmente el buen ambiente de clase. Pero a la vez, es mucho también lo que aprendo de ellos. (…) La pandemia supuso un punto de inflexión. Porque una vez retomamos las clases vimos que la gente necesitaba más que nunca crear con sus manos, salir de casa, compartir tiempo con otros alumnos, aprender técnicas nuevas. De hecho, el número de alumnos de esta y otras academias de arte no ha dejado de crecer desde entonces. Y no pasa solo aquí: es un fenómeno global.”
Y añade Javier: “Sí, yo creo que en el arte, y en general en cualquier trabajo manual, hay algo terapéutico. Lo verdaderamente importante es el proceso creativo, el acto en sí, el disfrute del tiempo y el esfuerzo dedicado. Pero a mí no me miréis, la profesora es ella. Y además, tanto tiempo dando clases, ha desarrollado una visión envidiable. Cuando realizo un encargo, ya no lo doy por terminado sin antes pedirle su valoración. Si hay un error de dibujo, si la composición puede equilibrarse mejor… cualquier posible mejora que me sugiera es para mí una aportación valiosa. No porque ella pinte mejor ni peor, no: es que las pilla al vuelo”.
El Taller de Dibujo y Pintura Aceña Olmedo es además tienda de materiales para Bellas Artes y papelería. Y tanto Javier como Pilar realizan retratos por encargo y obras de autor. En su página web puede visitarse su galería, la de sus alumnos e información sobre precios y horarios de clases.