El tratamiento natural de la fibromialgia, con la psicóloga Miriam Rubio

Ante la fibromialgia, la lumbalgia y otros dolores se suele apelar a la medicación como relajante muscular, pero es importante saber que no se está solucionando la raíz del problema, a la vez que sus efectos colaterales se acumularán con consecuencias nefastas a futuro.

¿Qué es la fibromialgia?

A nivel fisiológico, el organismo tiene motivos permanentes para generar dolores. Tejidos renovándose, microlesiones regenerándose y miles de procesos que permanentemente deberían doler, excepto por el hecho de que el cerebro aprende a filtrar las sensaciones de dolor útiles de las inútiles y anula estas últimas.

La anécdota del mentalista

Hace unos años, un mentalista que solía aparecer por televisión y en teatros hizo una demostración sobre la famosa cama de clavos de los faquires.

Es conocido que el truco de la mayor parte de estos consiste en colocar una gran cantidad de clavos, de modo que la superficie de contacto aumente, hasta el punto que la presión sobre cada punta sea muy baja. Generalmente, si se intenta estallar un globo sobre la cama de clavos de un faquir callejero, no se va a lograr tan fácilmente porque hay muchos clavos y, por lo tanto, se reparte demasiado el esfuerzo de la pared del globo. Sin embargo, en este caso, la cantidad de clavos era bastante baja y si se acercaba un globo, el mismo estallaba de inmediato.

El mentalista hizo una serie de respiraciones a modo de relajante muscular, se concentró y dos ayudantes lo recostaron sobre el filoso lecho. Sobre los clavos, entre estos y su cuerpo, había colocado un papel y este es el punto interesante: cuando lo retiraron de la cama de clavos, el papel estaba incrustado hasta en algunos casos más de un centímetro en todos los clavos. Esto significa que cada clavo se había introducido en su piel hasta esa profundidad.

Explicado el método, consistía en eliminar todo pensamiento y sentimiento negativo, hasta alcanzar una completa relajación. Tal relajación que su cuerpo se convertía en un globo poco inflado, el cual es difícil de estallar ni siquiera presionando con un único clavo.

Es la tensión que provocan los pensamientos y sentimientos negativos lo que hace a las personas vulnerables. Esa tensión afecta a todos los tejidos y es la causa de daños, microlesiones y dolores crónicos.

En la consulta

Miriam Rubio (psicóloga en Santander) es especialista en terapias de tercera generación y aplicadas al dolor crónico como la fibromialgia.

“El dolor es una función importante de nuestro organismo, ya que nos avisa que está sucediendo algo sobre lo que debemos actuar. Por ejemplo, si tenemos una lesión real y de importancia en un pie, el dolor nos obliga a no apoyarlo para darle la posibilidad de regenerarse. Sin embargo, muchas veces el organismo se confunde y genera dolores donde no es necesario sentirlos y esto se debe a nuestras tensiones internas”, explica la profesional.

Un ejercicio que Miriam Rubio realiza con sus pacientes consiste en sujetar con las manos unas pelotas del tamaño de las de tenis, que tienen una serie de salientes agudas que causan incomodidad y algo de dolor en la palma al apretarlas durante un rato. En ese momento trabaja los sentimientos del paciente, el cual comprueba que, al tener en mente recuerdos y emociones negativas, sus manos se tensan apretando y aparece el dolor. En cambio, al trabajar sobre sentimientos y recuerdos positivos, las manos se relajan sin que el paciente se lo proponga y el dolor se esfuma.

Los tratamientos con analgésicos

Es posible tratar con analgésicos para bloquear el dolor. Se elimina el síntoma, pero no la causa. Es como pintar sobre una pared con humedad, solamente se está ocultando el problema, pero volverá con mayor fuerza luego.

Tratamientos con medicamentos agresivos, como los corticoides, provocan retención de líquidos, aumento de peso, entre otros efectos secundarios. Esto incrementa la necesidad de tomar analgésicos y así se entra en una espiral donde es complicado salir, si toda la solución se sigue buscando fuera. Además, administrados a largo plazo, pueden provocar efectos más colaterales, pudiéndose llegar incluso al cáncer si se emplean durante muchos años.

Si se entiende el funcionamiento del dolor, dónde se origina realmente y se indaga más allá de la parte física y visible, se podrá seguir aportando más luz a todos aquellos pacientes que sufren cada día. Como decía el psiquiatra y psicólogo Carl Jung: “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.