Un tren de mercancías que partió de la ciudad china de Yiwu el pasado 18 de noviembre ha llegado este martes a la terminal de Abroñigal (Madrid), tras haber recorrido 13.000 kilómetros a través de China, Kazajstán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y España, donde entró por Irún.
Este tren, que ha sido concebido como una prueba para analizar la posible implantación de una ruta regular, es operado por las empresas alemanas IRS y DB Schenker Rail, a través de su filial Transfesa, participada por Renfe.
Recibiendo la llegada del tren al centro Logístico de Madrid-Abroñigal se encontraban la ministra de Fomento, Ana Pastor, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. El tren, que transporta bienes de consumo fabricados en el este de China, partió de una ciudad situada en una de las principales zonas fabriles del gigante asiático, con 40 contenedores.
El peso bruto máximo del tren, incluyendo los contenedores y la carga, es de 1.400 toneladas. Las locomotoras del tren se han cambiado cada 800 kilómetros y se han realizado tres descargas de contenedores a lo largo de la ruta, concretamente en las fronteras de Dostyk/Alashankou (entre China y Kazajstán), en Brest/Malaszewicze (entre Bielorrusia y Polonia) y en Irún.
En Brest se procedió al cambio de los contenedores para adaptarlos al ancho de vía europeo y 10 de ellos se descargaron para su transporte a través de camiones. A partir de allí el tren siguió viaje hacia Madrid con 30 contenedores. Tras finalizar este viaje de prueba se evaluará la posibilidad de establecer una línea regular entre China y España, que podría estar operativa a partir de la primavera de 2015. Hasta ahora las únicas conexiones regulares entre China y Europa terminan en Alemania.