Los planes independentistas de Artur Mas han encontrado un lastre en el camino. El Tribunal Constitucional ha anulado la declaración soberanista catalana. En concreto, establece que “la soberanía de la nación (…) conlleva necesariamente su unidad”.

La sentencia considera que el texto acordado vulnera varios preceptos de la constitución, concretamente los que aluden a la unidad del sujeto soberano, al sometimiento a la Constitución de los poderes públicos y a la reforma de la propia Carta Magna.

El Constitucional ha rechazado también el principal argumento presentado por el Parlament en sus alegaciones, por lo que la vía del Gobierno español para formular la impugnación ha sido la adecuada, consideran, pues la Resolución es un acto parlamentario “capaz de producir efectos jurídicos propios y no meramente políticos”.

De esta forma, insiste en que la soberanía de la nación reside en el pueblo español y “conlleva necesariamente su unidad”, el fundamento sobre el que “la nación misma se constituye, al propio tiempo, en Estado Social y democrático de Derecho”.

A lo largo de sus 33 páginas de sentencia, el Pleno también recuerda que Cataluña, “como nacionalidad, ejerce su autogobierno constituida en Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y el presente Estatuto”, haciendo referencia al artículo 1 del Estatuto de Autonomía catalán. Por lo tanto, la Constitución se presenta “como una norma incondicionada y condicionante de cualesquiera otras en nuestro ordenamientos, (…) una norma superior a la que todos quedan sujetos”.