El Vaticano confirma la renovación del acuerdo para nombrar obispos con China

El Vaticano ha confirmado la renovación del acuerdo con China para la designación conjunta de obispos, un marco que permite a los fieles chinos tener obispos que están en comunión con Roma y que respeten al Papa como autoridad suprema, pero al mismo tiempo que sean reconocidos por las autoridades chinas.

«La Santa Sede, entiende que la puesta en práctica del señalado acuerdo –de fundamental valor eclesial y pastoral– ha sido positivo, gracias tanto a la buena comunicación y como a la colaboración entre las partes en la materia pactada y su intención es seguir con el diálogo abierto y constructivo para favorecer la vida de la Iglesia católica y el bien del pueblo chino», ha señalado la oficina de prensa del Vaticano en un comunicado.

La renovación del acuerdo había sido confirmada por el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, en una rueda de prensa según la página del organismo del Gobierno de la República Popular China.

Por su parte, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, en los márgenes de un acto ante periodistas adelantó este miércoles que el acuerdo iba a renovarse de forma automática sin problemas. «Puedo anticipar que irá todo bien. El acuerdo no es que se firme. Ya se firmó hace dos años. Sólo se extiende por otros dos años ad experimentum», señaló Parolin.

El acuerdo firmado en Pekín en septiembre de 2018 y aplicado en octubre entre el subsecretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, Monseñor Antoine Camilleri, y el viceministro de asuntos exteriores de la República Popular China, Wang Chao, tenía una vigencia de dos años. El plazo de renovación expiró este jueves y ha sido validado hasta el 2022, con vigencia para otros dos años.

Para Parolin, lo más importante del acuerdo es que «la Iglesia china encuentre gracias a este acuerdo la unidad y que pueda convertirse en un instrumento de evangelización y que la unidad de la Iglesia sea también desarrollo auténtico de la sociedad».

Algunos sectores conservadores han atacado la eficacia del acuerdo porque sus términos siguen siendo secretos. El secretario de Estado del Vaticano aclaró que se trata de «un secreto relativo» e hizo referencia a que «muchos contenidos se conocen». «Como aún es un acuerdo ad experimentum (provisional) pues quedarán reservados algunos contenidos», enfatizó.

La cuestión del nombramiento de obispos en China es muy compleja. Desde la llegada al poder de los comunistas, que expulsaron al nuncio apostólico, China únicamente ha permitido el culto católico por medio de la Asociación Patriótica Comunista China. Un departamento leal al gobierno chino, que además rechaza la autoridad de la Santa Sede en el nombramiento de obispos y en el gobierno de la Iglesia.

Los obispos legítimos que permanecen fieles al Papa viven una situación cercana a la clandestinidad, permanentemente asediados por las autoridades comunistas. En la situación actual todo obispo reconocido por el gobierno chino debe ser miembro de la asociación patriótica, y muchos obispos nombrados por el Vaticano que no son reconocidos o aprobados por el gobierno chino han enfrentado persecución.

La rúbrica de esta resolución no sella el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Gobierno de Xi Jinping, rotas desde 1951, dos años después de la instauración del régimen comunista.