El Vaticano ha decretado el uso obligatorio de mascarilla en todos los territorios de su jurisdicción para evitar los contagios de Covid-19 de manera que tanto sus trabajadores como sus residentes deberán llevarla tanto al aire libre como en espacios cerrados.
La nueva disposición está regulada por una directiva emitida por la Gobernación del Vaticano que a su vez remitió a los superiores de los entes de la Santa Sede. De esta forma, según la normativa, la mascarilla será obligatoria «cotidianamente en todos los lugares al aire libre y también en los espacios de trabajo en los que la distancia no pueda ser garantizada siempre».
En el documento se insiste además en la necesidad de respetar las normas higiénicas como el uso de gel hidroalcohólico en las manos o las distancias de seguridad.
El pasado 9 de septiembre, el Papa Francisco fue fotografiado con mascarilla por primera vez en el coche utilitario que le llevó hasta el patio de San Dámaso, que accede al Palacio Apostólico. El pontífice suele retirar la mascarilla justo antes de comenzar la audiencia general de los miércoles, que ya se celebran con presencia de fieles.