A las 07:00 de la mañana (hora local) se daba el pistoletazo de salida a la jornada electoral en Grecia. Doce horas de votaciones (la jornada electoral se extenderá hasta las 19:00) durante las que 9,8 millones de griegos deberán decidir quién llevará las riendas del país durante los próximos cuatro años.

Apenas quedan 30 minutos para que cierren los colegios electorales y según ha informado el ministro del Interior griego, Mijalis Theojaridiss, la jornada está transcurriendo sin incidencias y todo apunta a que la participación será alta. Los dos principales candidatos a la presidencia griega han madrugado para acercarse a las urnas. El hasta ahora primer ministro Antonis Samaras ejercía a su derecho al voto a las 8:30 de la mañana en el colegio electoral de Messinia, en el Peloponeso. Por su parte Alexis Tsipras, que escogía un colegio de un barrio popular en Atenas, lo hacía a las 9:55. Ambos candidatos se referían al futuro de Grecia en tonos muy distintos.

Tanto la actitud como las declaraciones de Samaras, que hacía un llamamiento al 11 por ciento de indecisos «porque son ellos quienes determinarán el resultado», mostraban un cierto temor ante el resultado que conoceremos en apenas unas horas «estas elecciones determinarán el futuro del país y de nuestros hijos. Hoy decidiremos si seguimos adelante, fuertes, con seguridad o si nos vemos inmersos en problemas».

Por su parte el líder de Syriza, se mostraba confiado y sonriente tras retirar la cortinilla, el pueblo griego «hoy el pueblo heleno va a dar el último paso para a recobrar su dignidad»  y se ha permitido hacer una advertencia a la Unión Europea «el futuro de Europa no está en la austeridad sino en la dignidad y la cohesión«.