En España hay más de 7.500 influencers que viven de la creación de contenidos

Según SignalFire, más de 50 millones de personas en el mundo -cifra casi igual a toda la población española- se consideran creadores de contenidos, a pesar de que sea una profesión que ha nacido hace solo 10 años. Y, de ellos, más de 2 millones podrían considerarse profesionales y viven de su pasión. Es el tipo de negocio que más ha crecido a nivel exponencial en los últimos años y es una aspiración para las nuevas generaciones, como demuestran las encuestas de los últimos 5 años “¿Qué quieres ser de mayor?” de Adecco.

2btube, agencia especializada en alcanzar a la audiencia online con creación de contenidos audiovisuales y representación de influencers; ha clasificado los perfiles de creadores españoles en YouTube, Facebook, Instagram y Twitch en base al número de seguidores y concluye que hay más de 134.000 creadores con más de 1.000 seguidores en alguna de sus cuentas; más de 40.000 con más de 10.000 seguidores; más de 7.500 con más de 100.000 seguidores y 691 creadores con más de un millón de seguidores. Los datos han sido extraídos de la herramienta Tubular Labs.

Según esta agencia, cuando un creador de contenido consigue 100.000 seguidores en alguno de sus perfiles, es cuando se considera que alcanza el estatus de influencer y puede dedicarse, profesionalmente, a la creación del contenido, debido a los ingresos que puede generar tanto por la monetización de sus vídeos en dichas plataformas, como por la participación en campañas publicitarias de anunciantes o a través de la financiación por parte de los fans.

 

CÖMO GANAN DINERO

“Actualmente hay multitud de oportunidades para generar ingresos siendo influencer o creador de contenidos; ya que se han multiplicado las empresas dedicadas a este sector y prácticamente todas las plataformas digitales pagan a los talentos por las visualizaciones que consiguen sus contenidos” explica Fabienne Fourquet, CEO de 2btube “Podríamos distinguir 3 fases en la vida profesional de un influencer: comienza monetizando sus vídeos en la red donde los publica, continúa trabajando con anunciantes y llega a un momento en el que se ha convertido en un negocio en sí mismo y pasa a lanzar sus propios productos o su propia marca, sin necesidad de trabajar con anunciantes”.

 Esas tres etapas y las formas de generar ingresos que definen el negocio detrás de los influencers las explica 2btube en un vídeo publicado en su canal de YouTube. Está realizado en colaboración con Ac2ality, perfil con más de 2,4 millones de seguidores en TikTok y que recientemente ha firmado una alianza con la agencia para que ésta dé a conocer su marca y amplíe sus contenidos a otras plataformas como YouTube o Twitch, como también explica el vídeo.

Según 2btube, la fase 1 comienza cuando el creador empieza a monetizar sus contenidos en plataformas que pagan a los talentos en función de la publicidad servida en sus vídeos, como por ejemplo YouTube o Facebook, y que depende, en gran medida, del número de visualizaciones conseguidas.

“Cuantas más plataformas utilicemos para distribuir los vídeos más ingresos se generan y más se da a conocer el creador entre diferentes audiencias” explica Fourquet.“Por ejemplo, nosotros estamos ayudando a muchos creadores de YouTube a adaptar sus contenidos para publicarlos también en Facebook. Eso le puede suponer ganar más de 1.000 dólares al mes solo en esta plataforma. Y lo mismo estamos haciendo con Ac2ality, a quienes hemos creado un canal de YouTube y de Twitch”.

La fase 2 es aquella en la que las marcas y anunciantes se ven interesados en contar con estos creadores de contenido en sus campañas publicitarias. Se comienzan a generar ingresos destacados cuando el talento supera la cifra de 100.000 seguidores.

“Hace 3 años empecé a subir vídeos a Facebook y a YouTube y, si bien en ese momento no generaba apenas ingresos y tenía otro trabajo; ahora puedo decir que vivo por completo de ser creadora de contenido y que incluso he podido comprarme una casa con lo que he ganado, explica La Pelo, creadora de contenido con 230.000 seguidores en su canal de YouTube. “Eso sí, un gran porcentaje de mis ingresos provienen de las campañas publicitarias que realizo con marcas, sin ellas no podría decir lo mismo.”

La fase 3 es cuando el creador de contenidos tiene una comunidad de seguidores tan grande que se convierte en una marca propia, en un negocio. Eso le permite tener productos a la venta; obtener ingresos gracias a las suscripciones o el apoyo de los fans; y ser elegido para participar en programas de televisión o radio, eventos, películas o podcasts; además de vender sus contenidos de manera exclusiva a algunas plataformas concretas. Eso les genera una libertad que hace que ya no dependan de los anunciantes para vivir.

Así lo explica Spursito, influencer con más de 3 millones de seguidores en el conjunto de sus redes sociales: “Ahora mismo puedo decir que ya no necesito realizar campañas con anunciantes para vivir cómodamente, por lo que rechazo muchas propuestas que me llegan para dedicarme al máximo en la creación de contenido. En 2017, cuando mis ingresos de YouTube no llegaban ni al sueldo mínimo, necesitaba combinar esta actividad con el trabajo con muchas marcas. Hoy, en cambio, solo con la monetización de mi canal de YouTube y las suscripciones de Twitch genero ingresos que duplican o triplican, depende del mes, el salario medio mensual que hay en España. Eso me permite seleccionar muy bien los proyectos a los que dedico mi tiempo, como ser presentador en UBeat, El Córner de la Liga o Sabor a Fútbol, que son proyectos que me apasionan.”

Su caso no es el único, son más de 600 los creadores de contenidos españoles que superan el millón de seguidores en alguna de sus redes sociales y podríamos decir que forman parte de esa tercera fase. Forman parte del fenómeno conocido como  “economía de la pasión” y que refleja cómo las nuevas tecnologías y pautas de consumo audiovisual han posibilitado la venta de contenidos creativos directamente a los consumidores.

“Este tema ha sido abordado por multitud de medios en Estados Unidos como el New York Times o Forbes. Puede que nos encontremos ante una revolución social y laboral” concluye Fabienne Fourquet.