El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha subrayado este jueves en el Pleno del Congreso que «España no necesita cambiar su edad legal de jubilación», que ve «adecuada y suficiente», pero ha defendido impulsar su retraso «sólo de quienes quieran seguir trabajando y no de quienes, por naturaleza de su trabajo o circunstancias vitales, no pueden hacerlo».
Tras sus polémicas declaraciones sobre la necesidad de un «cambio cultural» para trabajar a los 75 años, Escrivá ha rechazado un retraso de la edad legal, pero «abierto este debate», ha asegurado que «expulsar del mercado de trabajo a los trabajadores de más edad no incentiva el empleo de los trabajadores más jóvenes».
«Los mayores y los jóvenes no son sustitutos, son complementarios», ha aseverado, señalando que la incorporación de las mujeres «no redujo el número de hombres ocupados, ni la llegada de migrantes se vio acompañada de un menor número de empleo para los españoles».
«UNA REFORMA DE PAÍS» PARA ACABAR CON LA REFORMA DE 2013
Todo ello en la defensa de la reforma del sistema público de pensiones, que este jueves se enfrenta a su primer examen parlamentario, la enmienda a la totalidad con la que el PP busca tumbar el proyecto y devolverlo al Gobierno.
Desde la tribuna de oradores, Escrivá ha presentado su reforma como una reforma «no de partido ni de Gobierno», sino «una reforma de país», que nace del acuerdo parlamentario del Pacto de Toledo y también con el consenso de los principales sindicatos, patronales y organizaciones de autónomos, «tras una década sin consenso».
Asimismo, ha defendido la derogación de los dos elementos principales de la reforma del PP de 2013, el índice de revalorización IRP, que en situaciones de déficit limitaba su subida al 0,25%, y el factor de sostenibilidad, que implicaba un recorte de las pensiones asociado a la mayor esperanza de vida.
«LA SEGURIDAD SOCIAL NO DEBERÍA TENER DÉFICIT»
«Una devaluación sistemática del poder adquisitivo de las pensiones», ha resumido Escrivá, que inició «una etapa definida por la incertidumbre» pero también por la «constatación» por parte incluso del Gobierno del PP «de que esa norma era insostenible».
También ha defendido blindar los ingresos complementarios a la Seguridad Social vía Presupuestos y traspasar gastos impropios que, ha dicho «no deberían pagarse con cotizaciones». Y es que Escrivá ha defendido que hay un nivel de cotizaciones «razonablemente alto» y un gasto en pensiones «inferior al de países de nuestro entorno».
«Las cuentas de la Seguridad Social no deberían arrojar déficit alguno», ha incidido, antes de aseverar que «»leer titulares a diario sobre números artificialmente rojos de la Seguridad Social intranquiliza a pensionistas presentes y futuros y no refleja la situación real de las cuentas», ha dicho.
EL PP LE PREGUNTA DÓNDE ESTÁ SU PROMETIDO FACTOR DE EQUIDAD
Frente al ministro, el portavoz del PP ante el Pacto de Toledo, Tomás Cabezón, ha echado en cara que el ministro traiga al Congreso «una reforma a plazos», ya que el prometido mecanismo de equidad intergeneracional, cuya creación anticipa el proyecto del Gobierno, no se incluye en la iniciativa.
Es más, la intención declarada de Escrivá es negociarlo con patronales y sindicatos e introducirlo en el proyecto a través de una enmienda, una fórmula censurada por el PP y que, ha asegurado Cabezón, también ha cuestionado el propio Gobierno en informes internos.
Cabezón ha criticado la derogación de la reforma de 2013 sin una fórmula alternativa y ha anticipado que, realmente, lo que supondrá esta fórmula será un recorte de las pensiones, y que esa es la razón por la que el ala de Unidas Podemos «está permanentemente discutiendo». «Su recorte será peor que la reforma de 2013», ha anticipado.
ESCRIVÁ INVITA AL PP A RECONOCER QUE SU ALTERNATIVA SON RECORTES
Durante su intervención, Escrivá ha asegurado que «será un mecanismo contingente» y que «se activará solo si la evolución de los ingresos y gastos del sistema así lo requiere» y solo en «los años en los que el sistema soportará más presión demográfica», con el fin de «proteger especialmente» a los jóvenes.
El ministro ha tildado de «increíble» que el PP, después de apoyar las recomendaciones del Pacto de Toledo, «ahora vuelvan a la reforma de 2013, ya que «es justamente lo contrario». «¿Qué ha pasado?, se ha preguntado, asegurando que esta reforma implicaba un recorte de hasta el 40% en el poder adquisitivo de los pensionistas y que fueron los ‘populares’ los que «se echaron para atrás» al aplicarla –el PP recuperó el IPC para aprobar sus últimos Presupuestos, presionados por el PNV, y aceptó retrasar a 2023 la aplicación del factor de sostenibilidad–.
Escrivá, además, ha acusado al PP de impulsar entonces esta reforma de pensiones con el fin de justificar ante las autoridades europeas una rebaja de impuestos antes de las elecciones de 2015. Así, ha explicado que entiende la propuesta del PP como una política fiscal «más regresiva», con rebajas a las «clases más adineradas» y «a costa de los pensionistas». Pero que ahora, optan por «coger a los pensionistas como rehenes» y «despreciando al diálogo social». «Les da igual, como les dio igual en 2013», ha espetado.