EAE Business School ha publicado el estudio sobre “Deuda Pública 2018”, en el que se extrae que el pago de intereses de la deuda pública española, en el año 2017, supusieron 32.935 millones de euros, lo que representa el 2,6% del PIB frente al desequilibrio no financiero de 4.143 millones de euros, el 0,5% del PIB. De este modo, mientras que el déficit primario ha ido mejorando significativamente desde el año 2012, no ha ocurrido lo mismo con los intereses de la deuda que, incluso en el contexto de bajos tipos del periodo en cuestión, aumentaron respecto al año anterior y supusieron haber pagado más de 90 millones diarios por el citado concepto en 2017 y una cifra ligeramente inferior según las previsiones del año 2018.
En este sentido, en el año 2017, el incremento interanual del volumen de deuda fue de 37.078 millones de euros de los que un 88,8% correspondieron al pago de los intereses de dicha deuda, mientras que el déficit primario sólo representó el 11,2%. Según el estudio, este hecho tiene dos implicaciones relevantes: la primera que, a menos que se reduzca el stock de deuda existente, será difícil no necesitar financiación adicional incluso en situaciones de superávit primario; y la segunda que, en el cercano contexto de subidas de tipos de interés, el coste financiero de la deuda pública va a crecer incluso manteniendo el mismo volumen de pasivos financieros.
La observación de la evolución histórica de la deuda pública de España muestra un crecimiento “exponencial” durante el periodo 2008-2017 habiendo pasado de un volumen acumulado de 440.621 millones en 2008 (39,5% del PIB) a un importe de 1.144.298 millones en 2017 (98,1% del PIB), que mantiene una senda alcista durante el año 2018 y que acumula al cierre del primer semestre un total de 1.163.885 millones, lo que implica que la deuda pública per cápita fue de 24.594 euros en 2017 y en los primeros seis meses de 2018 ha aumentado en 400 euros.
En cuanto a las fuentes, la deuda pública española se encuentra financiada a través de diferentes agentes: las entidades de crédito no residentes (44,6%) con un valor de 421.735 millones, seguidas por el Banco de España (22,1%) con 209.020 millones y las entidades de crédito residentes con 158.471 millones de euros (16,8%). Según el estudio, este dato revela que “el inversor extranjero tiene confianza en la deuda soberana española”.