El Gobierno español secundó este miércoles la propuesta lanzada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de incrementar el objetivo climático de la UE con una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 55% para 2030 con respecto a los niveles de 1990, en lugar del 40% establecido hasta ahora, informa Servimedia.
«La Comisión Europea ha entendido claramente que la única opción para salir de la actual crisis causada por la Covid-19 es poner en marcha una recuperación verde, que responda a la crisis climática, poniendo a las personas en el centro y cuidando del medio ambiente», subrayó la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en declaraciones facilitadas por su departamento.
Ribera indicó que el hecho de que Bruselas apueste por el valor más alto entre los dos analizados (reducción del 50 o del 55% con respecto al nivel de emisiones de 1990) en la evaluación de impacto a la que se comprometió cuando presentó el Pacto Verde Europeo el pasado 12 de diciembre «envía una señal clara para acelerar el debate sobre la ambición climática a 2030».
Con ello, Ribera señaló que se podría «cerrar lo antes posible un acuerdo político que permita a la Unión Europea presentar antes de final de año a Naciones Unidas una contribución al Acuerdo de París más ambiciosa y demostrar que mantiene su liderazgo climático a nivel internacional».
España respalda el anuncio de mayor ambición de la Comisión Europea por cuatro motivos: responde a las demandas de la ciencia, supone oportunidades para la economía en un momento crucial de sentar las bases de la recuperación, el sentido de justicia social que representa y se sitúa en la senda de cumplir con el Acuerdo de París.
FONDOS DE RECUPERACIÓN
Por otro lado, Ribera consideró «una muy buena noticia» que estimaciones preliminares de la Comisión Europea apunten a que el objetivo climático del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia se sitúe en un 37%, lo que supone una apuesta de la Comisión Europea con la ambición climática en los recursos sin precedentes que van a movilizarse durante los próximos años en el contexto del paquete de recuperación económica tras la pandemia del coronavirus.
«Esto pone de manifiesto hasta qué punto la transición ecológica es un vector de creación de empleo, de modernización de la industria, de resiliencia, de fortalecimiento de nuestras infraestructuras y de nuestras ciudades, haciéndolas más saludables y poniendo a las personas en el centro”, insistió Ribera.