Mariano Rajoy, y su equipo están hoy de celebración. El informe Perspectivas de la economía mundial (WEO) publicado hoy por el Fondo Monetario Internacional (FMI) apunta que la economía española crecerá un 2 por ciento este año, el mismo porcentaje que adelantaba el Presidente del Gobierno hace tan sólo unos días y que también era avalado por las previsiones de CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales). En el caso de España el FMI ha revisado tres décimas al alza las perspectivas que avanzó en el anterior informe del mes de octubre; todo lo contrario ha ocurrido con nuestros principales socios europeos. La economía alemana se debilita y caen dos décimas las expectativas de crecimiento hasta el 1,3 por ciento; en el caso de Francia, la revisión es una décima menos, lo que deja la evolución del PIB (Producto Interior Bruto) por debajo del uno por ciento (0,9); Italia, por su parte, se convierte en el gran lastre de la zona Euro, las previsiones bajan cinco décimas y colocan al país que preside Matteo Renzi con un crecimiento mínimo del 0,4 por ciento.
Tal y como se detalla en el informe, la economía española mantendrá la misma posición hegemónica durante 2016, año en el que el PIB nacional crecerá un 1,8 por ciento, mientras que el de Alemania, Francia e Italia -también revisados a la baja- serán del 1,5, 1,3 y 0,8 por ciento respectivamente.
La contracorriente lo complica
El Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI, Olivier Blanchard, señaló que «a nivel de los países la contracorriente complica las cosas». De hecho, en el mismo informe se expone que «los nuevos factores que respaldan el crecimiento -la caída de los precios del petróleo y también la depreciación del euro y del yen- están más que compensados por fuerzas negativas persistentes», las mismas que han obligado al Fondo a rebajar tres décimas las previsiones de crecimiento para la economía mundial para los próximos dos años (3,5 y 3,7 por ciento).
A priori, y si nos limitamos a la proyección de crecimiento de España, deberíamos empezar a respirar. Más aún con el ahorro que se calcula a partir la caída de los precios del petróleo. Sin embargo en un mundo global la debilidad económica tanto de nuestros principales socios comerciales en Europa como la de los futuros en los países emergentes podrían dar al traste con cualquier viso de recuperación. De hecho los países exportadores de petróleo verán mermados su crecimiento, lo que además de afectar a las importaciones per se podría acentuar el riesgo geopolítico.
En primer lugar, por el impacto sobre las exportaciones, España necesita de la demanda de sus socios europeos para que la recuperación sea sostenible. Por otra parte, la inflación vuelve a bajar en la zona Euro y los «shocks adversos podrían conducir a una inflación persistentemente más baja o a retrocesos en los precios del producto potencial y a la demanda a corto plazo».
En segundo lugar según apunta el FMI las inversiones serán más débiles y el crecimiento de los países emergentes también, especialmente en el ámbito de América Latina, se han recortado hasta el 1,3 por ciento en 2015 y hasta el 2,3 en 2016.
En tercer lugar el enfriamiento de la economía china y el retroceso del tres por ciento de la economía Rusia, tampoco ayudan a garantizar la estabilidad de la economía mundial para los próximos dos años.
Recomendaciones
Ante toda esta paradójica coyuntura que vive la economía mundial el FMI recomienda el empuje de las reformas estructurales, continuar con una política monetaria acomodaticia con el fin de evitar que suban las tasas de interés y una reforma de los impuestos y de los subsidios energéticos que permitan canalizar el ahorro hacia los países más pobres.