Un informe interno del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación propone usar a la selección española de fútbol para hacer política internacional. El documento propone iniciar una diplomacia deportiva apoyando por ejemplo procesos de reconciliación nacional en terceros países después de un conflicto.
Es el último informe que emite el ministerio que dirige García Margallo: Poner a los jugadores de la Roja, al servicio de España.
El texto, pone como ejemplo el partido que en 2004 organizó la selección de Brasil contra la de Haití, en la que se cambiaban armas, por entradas de fútbol, un encuentro con el que los jugadores cariocas pretendieron derribar el muro que el tráfico de armas levanta en las calles de la isla del Caribe, y que le aportó un gran prestigio diplomático al país que por entonces presidía Lula Da Silva.
En España se propone hacer algo similar. Utilizar a la selección en su conjunto o a los jugadores de forma individual para protagonizar actos en favor de la cooperación internacional.
Sin embargo, lo que parece dar por descartado el informe es buscar el objetivo de unir España mediante el fútbol. Según los expertos el deporte tiene un impacto muy amplio en la sociedad, este impacto «no es muy profundo» pues no afecta generalmente a los valores que suelen mover a las personas.