La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha realizado un análisis del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) en el que advierte de que, aunque ayudará a mitigar los problemas de sostenibilidad del sistema, resultará «insuficiente» y perjudicará a los más jóvenes, que tendrán que soportar una mayor carga fiscal.
En concreto, en este estudio de Fedea, elaborado por Miguel Ángel García, Alfonso Sánchez y Ángel de la Fuente, se afirma que el MEI es la primera medida de la reforma de pensiones que ayudará a reducir los problemas de sostenibilidad del sistema público de pensiones a través de una subida de las cotizaciones, pero consideran que su diseño es «francamente mejorable».
El MEI, incluido en la primera pata de la reforma de pensiones, en vigor desde el 1 de enero, sustituye al llamado factor de sostenibilidad, que, de no haber sido derogado, habría ligado desde 2023 la cuantía inicial de la pensión con la esperanza de vida en la edad legal de jubilación.
Este nuevo mecanismo tiene tres componentes. El primero es una subida transitoria de las cotizaciones sociales de 0,6 puntos (cinco décimas a cargo de la empresa y una décima a cargo del trabajador) que se aplicará entre 2023 y 2032. Los ingresos adicionales obtenidos por esta vía se destinarán a nutrir el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que podrá utilizarse de 2033 en adelante para ayudar a financiar el gasto en pensiones contributivas.
El segundo componente del MEI regula la activación del Fondo y limita las disposiciones de activos del mismo a un máximo de 0,2 puntos de PIB anuales. El tercer componente establece que si esas dos décimas de PIB son insuficientes, se abrirán negociaciones con los agentes sociales para buscar otras soluciones. Éstas podrían incluir tanto subidas de cotizaciones u otros aumentos de ingresos como recortes de gasto, con un tope de ocho décimas de punto de PIB al año.
Tras analizar el diseño del MEI, Fedea concluye que la sustitución del factor de sostenibilidad por este mecanismo «no contribuye precisamente a mejorar la equidad intergeneracional del sistema de pensiones».
«Puesto que la única medida cierta y claramente especificada que se incluye en el MEI es un incremento de las cotizaciones que eleva la carga fiscal sobre los activos, en lugar de reducirla, como hubiera hecho el factor de sostenibilidad a través de un mayor control del gasto, la nueva normativa tiende a perjudicar a las cohortes más jóvenes, que son precisamente las que merecerían un respiro, dado que su menguante tamaño en relación con el stock de jubilados exigirá un aumento significativo de su carga fiscal», argumenta Fedea.
El segundo problema que la entidad aprecia en el MEI es que éste será «claramente insuficiente» para restaurar el equilibrio del sistema y para reemplazar el factor de sostenibilidad. Así, avisa de que frente a las cuatro o cinco décimas de PIB de ahorro anual que éste hubiera generado en promedio hasta 2050, «el MEI sólo aportaría con certidumbre dos décimas durante 10 años» a través de su primer componente (la subida de cuotas). El resto, explica Fedea, podría provenir del tercer componente, «pero eso exigiría un acuerdo con los agentes sociales que podría ser complicado de alcanzar».
PROBLEMAS DE DISEÑO Y REDACCIÓN «MUY CONFUSA»
Fedea sostiene además que el nuevo mecanismo presenta «serios problemas de diseño», agravados por una redacción «muy confusa». Así, entiende que la condición de activación de la llamada ‘hucha de las pensiones’ «no parece muy razonable» al depender sólo de las previsiones de gasto en pensiones para 2050, con independencia de los ingresos en ese momento y de los gastos, ingresos y déficits observados en todos los años anteriores.
De este modo, la activación del Fondo de Reserva dependerá de los sucesivos informes trienales sobre el envejecimiento de la Comisión Europea (el llamado Ageing Report). El próximo Report, el de 2024, servirá para fijar la referencia de gasto en pensiones prevista para 2050.
Pero mientras los sucesivos informes no superen el umbral establecido, Fedea señala que el Fondo no se activará. Si en algún momento se superase el umbral, esto es, si el nuevo informe contuviera una previsión de gasto para 2050 superior a la del Ageing Report de 2024, entonces el Fondo comenzaría a utilizarse para ayudar a financiar el gasto corriente en pensiones, con el tope de dos décimas de PIB.
«La redacción, sin embargo, es confusa sobre los detalles, en buena parte porque no distingue con claridad entre la revisión al alza de las previsiones de gasto para 2050 de los Aging Reports y el déficit del sistema en esa fecha o en años anteriores», concluye.