Ferrovial seguirá reforzando su actividad en Texas, donde, tras inaugurar y abrir al tráfico este fin de semana su segunda autopista, tiene ya en construcción dos nuevas vías y compite por hacerse con una más, proyectos que suman una inversión de unos 3.600 millones de euros.
Este monto inversor se añadirá al de 5.000 millones de dólares (unos 3.900 millones de euros) que la compañía que preside Rafael del Pino ha ejecutado ya en este Estado norteamericano.
De la cartera de siete autopistas que Ferrovial tiene actualmente en construcción o explotación en Estados Unidos, cuatro se ubican en Texas, la mayoría de ellas en el entorno de Dallas, la mayor zona metropolitana del Estado y la quinta más grande de Estados Unidos.
El grupo acaba de poner en servicio en esta ciudad su segunda autopista texana, la cuarta que abre al tráfico en todo Estados Unidos. Se trata de la North Tarrant Express, una vía de 21 kilómetros entre Dallas y Fort Worth, que ha supuesto una inversión de unos 2.000 millones de euros y que es una de las primeras con peaje dinámico, un sistema que permite subir o bajar su precio en función de la intensidad del tráfico.
Tras cortar la cinta en esta vía, el grupo ya tiene en mente la inauguración en 2015 de su tercera autopista en Texas, la LJB Express, también en Dallas, y que también supone una inversión próxima a los 2.000 millones de euros.
Ferrovial prevé terminar la construcción y poner en servicio esta vía con antelación respecto plazo que el contrato fija para finales del próximo año, al igual que ha ocurrido con la recién estrenada North Tarrant Express, que se ha abierto al tráfico nueve meses antes de lo previsto.
La LBJ también contará con un sistema de peaje flexible, dado que forma asimismo parte del plan de ‘managed lanes’ (carriles rápidos) que desarrolla el Gobierno de Texas para mejorar la fluidez del tráfico. Este programa consiste en reconstruir carreteras existentes incorporando varios carriles de pago para garantizar la fluidez del tráfico y los tiempos de viaje a los ciudadanos.
La otra autopista que Ferrovial tiene actualmente en construcción en Texas es la extensión al Oeste en 16,3 kilómetros más de la North Tarrant Express, un tramo estimado en unos 970 millones de euros y que espera poner en servicio a mediados de 2018.
EN LIZA UNA NUEVA VÍA TEXANA.
A esta cartera de dos vías en construcción se puede unir la SH-288 de Houston, una autopista también del programa de carriles rápidos de Texas, que el Estado tiene en licitación por unos 800 millones de dólares (unos 620 millones de euros) y por la que Ferrovial presentará oferta el próximo mes de diciembre, según detalló Ignacio Vivancos, El responsable en Estados Unidos de Ferrovial Agromán, la constructora del grupo.
Con estos proyectos de construcción y posterior explotación de autopistas, todos grabados con la estrella símbolo del Estado que el Gobierno obliga a imprimir en todas las infraestructuras, la compañía de la familia Del Pino reforzará su destacada presencia en el mercado de concesiones de Texas, que se completa con el negocio constructor que también desarrolla con su filial Webber.
En la actualidad, y según la publicación especializada ENR, Ferrovial figura como tercer grupo constructor del Estado y sexto de Estados Unidos, un mercado estratégico para la compañía, en el que desembarcó en 2005 y que, en la actualidad ya representa, junto con Canadá, el tercero por generación de ingresos después de Reino Unido y España.
Ferrovial sigue apostando por este país, por lo que, a partir del trampolín que supone Texas, actualmente analiza una quincena de proyectos de autopistas en concesión por Norteamérica estimados en unos 12.300 millones de euros.
Los Estados a los que busca extender, además de los de Illinois e Indiana, donde ya tiene sendas autopistas, son Carolina del Norte y Colorado, según avanzó el directivo de la compañía en un encuentro con la prensa con ocasión de la inauguración de la North Tarrant Express.
REFINANCIACIONES.
En paralelo, el grupo continúa trabajando para solventar los problemas de financiación surgidos en la vía que gestiona en Indiana, la Indiana Toll Road, que se adjudicó en 2006.
En este sentido, el director para Estados Unidos de Cintra, la filial de autopistas de la compañía, Nicolás Rubio, indicó que tras el acuerdo alcanzado por la empresa y su socio en el proyecto, la australiana Macquarie, con los acreedores de la vía para acogerse a la ley norteamericana concursal, cuentan con el plazo de casi un año para solventar su situación, reestructurando su deuda o vendiendo la vía.
En cuanto la otra autopista estadounidense actualmente en proceso de refinanciación, la texana SH-130, el grupo confía en cerrar un acuerdo en 2015, dado que el procesó está ya «muy avanzado».