Finnair registró unas pérdidas netas de 12 millones de euros en el primer semestre de 2024 frente al beneficio de 141,6 millones de euros del mismo periodo del año anterior, debilitada por las sucesivas huelgas en Finlandia y por la bajada de precio de los billetes que deriva del buen tiempo en el país y la menor demanda en verano.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 196,3 millones de euros, un 15,4% menos, mientras que el resultado operativo se quedó en 25,3 millones de euros, un 65,8% menos que un año antes.
Los gastos del periodo se incrementaron un 3,1% y llegaron a los 1.480,5 millones de euros, siendo la partida de combustible la más alta, con 435 millones de euros (-1,1%). La que más se ha elevado es la de tasas aeroportuarias, que registró un crecimiento del 14,3%, hasta los 130,8 millones de euros.
El número de pasajeros transportados se incrementó un 1,9%, hasta los 5,5 millones, con un factor de ocupación se redujo 2,3 puntos porcentuales, hasta el 73,5%.
En el segundo trimestre, la compañía ganó 17,9 millones de euros, un 87% menos, con un Ebitda de 125,8 millones de euros (-15,65%) y un resultado operativo de 42,5 millones de euros (-35,4%).
De cara al resto del año, prevé que el tráfico aéreo siga creciendo, aunque existen riesgos asociados a la inflación y los tipos de interés, lo que provoca incertidumbre en el entorno operativo, así como los conflictos internacionales.
La aerolínea ha incrementado en un 10% sus previsiones de capacidad, especialmente para las rutas con Asia y Europa, mientras que cree que los ingresos crecerán de manera más lenta que la capacidad.