La startup de vehículos eléctricos estadounidense Fisker se ha declarado en quiebra durante las últimas horas y ha anunciado su intención de poner a la venta los activos de la compañía para reestructurar la deuda del fabricante tras hacer frente a una elevada quema de efectivo para entregar el SUV Ocean en Estados Unidos y Europea.
En concreto, según ha informado en un comunicado, la empresa ha manifestado su intención de acogerse al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos alegando que, al igual que el resto de empresas del sector de los vehículos eléctricos, se ha tenido que enfrentar a «varios obstáculos macroeconómicos y de mercado» que han afectado a la capacidad de la empresa para «operar de manera eficiente».
«Después de evaluar todas las opciones para nuestro negocio, determinamos que proceder con la venta de nuestros activos es el camino más viable para la empresa», ha apuntado la firma, al tiempo que ha afirmado estar en conversaciones «avanzadas con las partes interesadas» para la financiación de la deuda contraída por la marca en estos momentos.
Por el momento, lo que se conoce es que la unidad operativa de la compañía cuenta con unos activos estimados por un valor de entre 500 y 1.000 millones de dólares (hasta 932 millones de euros) y pasivos de entre 100 y 500 millones de dólares (466 millones de euros). Según el expediente judicial, la empresa cuenta con entre 200 y 999 acreedores.
Hace unos meses y tras fracasar las negociaciones para la inversión en Fisker por parte de un gran fabricante de vehículos, la estadounidense detuvo la fabricación y las inversiones en proyectos a futuro además de despedir al 15% de la plantilla.
Acorde a sus últimos resultados, Fisker produjo más de 100.000 vehículos en 2023, menos de una cuarta parte de su previsión, aunque apenas entregó 4.700 coches. Además, el mes pasado las autoridades estadounidenses iniciaron una investigación por ciertos indicentes en los que sus vehículos se habían visto involucrados.
Desde enero, la capitalización de Fisker se ha desplomado más de un 90% hasta cotizar durante la sesión de este pasado lunes en el entorno de los 0,045 dólares (unos 0,041 euros por título).