El inspector del Banco de España José Antonio Gracia declaró hoy ante el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) hecho público el 25 de abril de 2012 precipitó la situación e hizo saltar las alarmas en Bankia, según informaron fuentes jurídicas. Gracia, que se encargó de revisar el segundo ‘Plan Rato’, reconoció ante Andreu que tras la publicación de dicho informe hubo una reunión con el director general de Supervisión del Banco de España, Jerónimo Martínez Tello, y varios directivos de Rato para desarrollar un plan para calmar a los mercados.
En su declaración, Gracia también señaló que desconocía las negociaciones que se estaban llevando a cabo para buscar un consejero delegado que, junto con Rato, tomara las medidas necesarias. En este sentido, el inspector del Banco de España afirmó que la dimisión de Rato fue una sorpresa para él. Por el ‘Caso Bankia’, en el que se investigan las supuestas irregularidades en la fusión y salida a bolsa de la entidad, también declararon hoy ante Andreu otros dos inspectores del Banco de España, Jesús José Cabezas y Javier del Río.
Del Río intervino en el informe por el que el Banco de España estableció, el 3 de diciembre de 2010, unas pérdidas esperadas de 3.000 millones de euros en Caja Madrid y de 12.000 millones en el conjunto de las siete cajas. Este inspector afirmó que, con las variables macroenoconómicas estimadas, era posible cumplir con los planes, porque se preveían unos beneficios futuros que iban a compensar las pérdidas, e incluso permitirían devolver el crédito al Fondo Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Sin embargo, reconoció Del Río, la realidad fue peor que el escenario más estresado.
La operación del Banco de Florida no era consistente
Cabezas fue preguntado en relación al Banco de Florida, en concreto si su adquisición, en el año 2008, podía haber contribuido al deterioro de BFA-Bankia. En este sentido, este inspector confirmó que el informe realizado constataba un sobreprecio y concluía que el plan de negocio no era consistente.
En su declaración, también explicó que Caja Madrid eludió el control de la Comunidad de Madrid en la compra del Banco de Florida, al efectuarse esta operación en dos tramos, uno por el 87% de la entidad y otro por el 13%. La adquisición del 100% del Banco de Florida implicaba una inversión del 5% de Caja Madrid, lo que según la ley exige la supervisión del Gobierno autonómico, que finalmente no se llevó a cabo.