El tercer rescate superaría los 80.000 millones de euros
Pasaban nueve minutos de las 8 de la mañana cuando el primer ministro belga, Charles Michel, publicaba una única palabra en su cuenta de twitter: «Agreement». Tras 17 horas de negociación se prendía la fumata blanca en Bruselas que dará paso al inicio del tercer rescate de Grecia.
El primer ministro heleno Alexis Tsipras ha claudicado ante la exigencias de una Unión Europea que no se fía y que pide hechos antes del próximo miércoles 15 de julio. Tsipras deberá ahora enfrentarse al pueblo al que deberá dar explicaciones acerca de los motivos y efectos de los requerimientos «inmediatos» que se recogen en el documento de cuatro hojas que presentaba ayer tarde en la reunión del Eurogrupo (acceda aquí al documento en inglés: Grecia_Exigencias).
Para recuperar la confianza de sus socios en la Eurozona, Grecia deberá:
- Reformar el sistema del IVA y ampliar la base tributaria con el objetivo de aumentar los ingresos;
- Poner en marcha una «ambiciosa» reforma integral del sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad a largo plazo;
- Continuar con las privatizaciones, entre ellas la del mercado energético;
- Llevar a cabo una reforma laboral que deberá estar acompañada por la realización de exámenes rigurosos de la negociación colectiva, acción sindicar y despidos colectivos. Todas las medidas que se apliquen en este ámbito deberán alinearse con las políticas establecidas tanto por la Unión Europea como por las organizaciones internacionales y «no deben implicar» la vuelta a las políticas anteriores incompatibles con el crecimiento;
- Racionalizar, modernizar y fortalecer la Administración según los criterios establecidos por la Comisión Europea. La primera propuesta deberá estar lista el 20 de julio;
- Mantener el compromiso de superávit fiscal primario del 3,5 por ciento del PIB en 2018.
- Adoptar el Código de Procedimiento Civil o lo que viene a ser lo mismo, reformar la actual estructura jurídica, reduciendo sus costos y agilizando los procedimientos;
- Garantizar la independencia jurídica de la ELSTAT (Autoridad Estadística Helena.
Más de 80.000 millones
De dar definitivamente un paso adelante, se activarán las negociaciones formales para la obtención del tercer rescate del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera) que según las estimaciones de la Troika -respaldadas por el Eurogrupo- alcanzaría entre los 82.000 y 86.000 millones de euros, lo que permitiría que el país heleno dispusiese de financiación hasta 2.018.
Cabe destacar, que vinculado al programa de privatizaciones, el ministro de finanzas alemán propuso la creación de un fondo fiduciario por valor de 50.000 millones de euros, en los que la gestión quedaría en manos griegas pero sujeta a la aquiescencia y supervisión de los miembros de la Unión Europea.
Con respecto al corto plazo, el país heleno necesita de forma «urgente» la inyección de 12.000 millones de euros para asumir los vencimientos de 7.000 y 5.000 millones de euros el 20 de julio y el 20 de agosto respectivamente, parte de los cuales corresponden al vencimiento de los bonos de 3.500 y 3.200 millones de euros en manos del Banco Central Europeo (BCE). De incumplirse de nuevo el BCE podría retirar la liquidez de emergencia de la banca dejando literalmente en quiebra a la banca griega.
Reacciones
A pesar del agotamiento los líderes de la Eurozona se han manifestado respecto a los acuerdos. La canciller alemana Angela Merkel ha declarado que «el acuerdo tiene más ventajas que inconvenientes para Grecia». Además ha descartado la posibilidad que ayer mismo se barajaba de una posible salida del país heleno de la zona euro «como se ha cumplido el plan A no es necesario un plan B» y ha vuelto a otorgar un voto de confianza a Tsipras y su equipo «creo que la confianza puede recuperarse».
Al término de la reunión el Presidente francés, François Hollande ha sido contundente «Europa ha ganado. La soberanía griega se ha preservado» y no ha dudado en calificar al primer ministro griego, Alexis Tsipras, de «valiente» por haber claudicado y alcanzar un acuerdo con sus acreedores.
Por su parte el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, con tono cansado se ha dirigido a los medios de comunicación para destacar «la buena decisión» que se ha tomado por parte del Ejecutivo así como lo razonable de unas medidas que «si cumple, el programa permitirá que la gente viva mejor».
En cuanto a Grecia el ambiente no invita al optimismo. Tanto la ciudadanía como los representantes políticos están descontentos con la marcha atrás de Tsipras, que obliga ahora a aplicar un conjunto de medidas mucho más restrictivas que las que se proponían hace una semana. El ministro de Trabajo griego, Panos Skourletis, se ha mostrado receloso y ha puesto en duda el apoyo del Parlamento heleno a su primer ministro «ahora mismo, está en cuestión la mayoría gubernamental», ha afirmado, apuntando a la convocatoria de nuevas elecciones antes de finalizar el año.