El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, y el director general de Funcas, Carlos Ocaña, advirtieron este jueves sobre la baja productividad de las empresas españolas frente a las del resto de países europeos.
En la presentación del informe ‘Innovación y competitividad: retos para la empresa y la industria española’, Bonet destacó la necesidad de mejorar el sector industrial para tener un modelo económico estable y con mayor calidad en el empleo, y apuntó que desde los años 70 el sector industrial español se redujo en 20 puntos porcentuales. Además, indicó que actualmente el sector industrial representa el 14% del valor añadido de la economía española, “lejos del objetivo del 20% fijado por la UE para 2020”.
Sobre la importancia del sector industrial, Bonet remarcó que se trata de un sector con menor temporalidad en el empleo y mayor cualificación, además de contar con una productividad “muy superior” a la de otros sectores y suponer la mayor parte de la inversión en innovación así como de las exportaciones. Sin embargo, advirtió sobre la menor dimensión de las empresas industriales españolas frente a la de sus competidores de otros países.
Por su parte, el director general de Funcas indicó que las empresas españolas en general, y no sólo las del sector industrial, “tienen un problema que es que la evolución de la productividad no es la que debería”. En este sentido, apuntó que la productividad de las empresas españolas está “muy por debajo” de las del resto de países europeos y que se trata de un problema “de siempre”.
“Sólo si la productividad crece pueden crecer los salarios y los beneficios” aseguró, añadiendo que antes de la crisis económica la productividad de las empresas españolas crecía un tercio que la de la media de la UE, que durante la crisis tan sólo aumentó debido a la disminución del empleo, y que en la actualidad crece la mitad.
Entre las razones de este hecho, Ocaña señaló por un lado que “el entorno”, todo lo relativo a las políticas públicas y la legislación, “no es el adecuado”, y que también existe un “déficit” en la educación y preparación de los trabajadores, así como un problema de inversión en I+D.
En el mismo sentido, Ocaña subrayó el mal funcionamiento de los mercados en España, los problemas de regulación laboral y el mal funcionamiento y gestión de las propias empresas.
Por último, destacó que “para el tamaño de nuestra economía el número de empresas es insuficiente”, para agregar que existen “demasiadas empresas que no son eficientes” y que “no se organizan siguiendo las mejores prácticas”.