El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha advertido este miércoles de que la reforma del mercado laboral es un tema «bastante más complejo que la guerra entre dos ministras» y ha asegurado que su organización empresarial ni tiene líneas rojas ni «derecho de veto» en esta negociación.
«La decisión es del Gobierno, que es un órgano colegiado y yo no voy a entrar en el juego de si quiero más a papá o a mamá», ha subrayado Garamendi durante su participación en un desayuno organizado por Fórum Europa.
El dirigente empresarial ha insistido en que no se trata de quién le gusta más o de a qué partido representan, pero sí ha dejado claro que a él sí «le interesa no sólo lo que diga el Ministerio de Trabajo», sino también la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE, el Banco de España, el Ministerio de Economía y otros ministerios. «El Gobierno es uno y los ministerios trabajan para el Gobierno», ha afirmado antes de entrar al desayuno.
Hoy mismo, a partir de las 10.30 horas, se reúne la mesa de negociación del diálogo social, con la presencia única del Ministerio de Trabajo por parte del Gobierno, para seguir abordando la reforma laboral.
Garamendi, que ha restado importancia a la ausencia de ministros en este desayuno, ha reivindicado la libertad e independencia de la CEOE para «decir que no» a un acuerdo y ha pedido moderación y centralidad y «abstraerse de la radicalidad» que está «invadiendo» la política.
«No tenemos derecho de veto y se ha demostrado con la subida del salario mínimo. Y esto lo digo porque se provoca, se plantean cosas, como que el problema son dos vicepresidentas, pero dentro de 20 días será que la CEOE habrá puesto derecho de veto. Nosotros somos libres e independientes para decir que no estamos de acuerdo», ha subrayado.
«Cuando he ido al Ministerio de Economía no he visto hombres de negro. Calviño, que yo sepa, no tiene hombres de negro, no sé si los tendrá en un armario. Pero nosotros negociamos con el Gobierno que han elegido los españoles», ha insistido.
Garamendi ha afirmado que la reforma laboral de 2012 que se quiere derogar se hizo con un paro del 25% y es la que ha permitido que ahora la tasa de desempleo esté en el 15%.
Eso no implica, ha dicho, que la CEOE piense que no se puede avanzar y mejorar en aquellos temas que reclama Bruselas, como la reducción de la temporalidad y del paro juvenil, pero eso tampoco significa que haya que limitar la contratación temporal en las empresas a un 15%, como ha planteado el Ministerio de Trabajo en la mesa de negociación, ha precisado.
«En una empresa de diez trabajadores, ¿partimos a uno por la mitad para cumplir con ese porcentaje? No vamos a entrar en diálogos públicos si queremos llegar a acuerdos, porque los acuerdos se hacen en la mesa, y no filtrando y sacando debates públicamente de manera interesada», ha subrayado el líder empresarial, que ha pedido «discreción» a la hora de negociar.
Garamendi ha querido dejar claro que la temporalidad en el sector privado es del 22%, mientras que en el sector público es del 30%. «Somos malos, muy malos, malísimos, pero nosotros vamos avanzando en los temas con mucha dificultad», ha apuntado el dirigente de la patronal.
El empresario vasco también ha lanzado un aviso con respecto al posible futuro de la reforma laboral al recordar que la Ley de Igualdad, sobre la que prácticamente ya tenían un acuerdo, se acabó rechazando desde la CEOE porque «se metió una cosa en el último minuto».
SIN LÍNEAS ROJAS
En todo caso, ha dejado claro que para la CEOE no existen líneas rojas y que su organización está acostumbrada a negociar hasta «agotarse». «En mi casa líneas rojas no existen, estamos acostumbrados a negociar hasta cuando nos agotan. Y aprovecho para pedir conciliación para mi gente porque los niveles de presión, con papeles que llegan cinco horas antes de una reunión, en sábado o en domingo, deberían hacérselo mirar», ha enfatizado.
Garamendi ha asegurado que a los inversores y a las empresas «les preocupa mucho más» la reforma laboral que los fondos europeos y que tan importante como el dinero es que se les dé «seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y calidad de la norma». Por eso, ha dicho, es importante llegar a un acuerdo «bueno y razonable» para todos.
Preguntado por si la CEOE aceptaría recuperar la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, Garamendi ha señalado que el 70% de los trabajadores están amparados por un convenio sectorial. En todo caso, ha subrayado que «habrá que decidir en cada sitio», desde la libertad.
En este sentido, se ha preguntado qué pasaría si se hiciera un convenio para el sector del automóvil cuando las marcas lo que quieren es tener cierta flexibilidad, pues no siempre deciden fabricar en España sus vehículos. «¿Nos marcamos una línea roja para gestionar esto?», ha indicado.
Asimismo, el dirigente empresarial ha avisado de que «la ley no crea empleo» y que además de temas laborales hay que hablar también, por ejemplo, con el Ministerio de Educación, con el que ya se está trabajando, de formación continua y la de formación dual.
PGE Y ELECTRICIDAD
Sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2022, Garamendi cree que son «muy optimistas» con los ingresos, pues el crecimiento económico no será del 7%, sino del 5,5%, y el precio del petróleo está 20 dólares por encima de lo estimado por el Gobierno en el cuadro macroeconómico.
«Creo que no podemos decir que esto va como un cohete, pero tampoco fatal», ha señalado Garamendi, al que la preocupa que no se sea «riguroso» en la política presupuestaria y con la ortodoxia económica teniendo niveles de deuda tan elevados.
Sobre la petición del Gobierno español a Bruselas para salirse del sistema europeo de precios de la energía, Garamendi ha recordado que se tardaron más de 20 años en acordar el mercado eléctrico europeo, que es un mercado marginal.
«El planteamiento del Gobierno, voluntarista o voluntarioso, ha sido el de pedir que le dejen salirse del mercado europeo para hacer el mío y Europa ha dicho que no. Nos guste o no nos guste tenemos que jugar en ese marco del mercado único europeo», ha subrayado.
Garamendi cree que ha habido un problema de estrategia, pues en España se han cerrado muchas centrales nucleares y térmicas, mientras que en otros países son fuentes importantes de energía. «Eso no se arregla en dos días», ha indicado el dirigente empresarial.
El líder empresarial ha pedido un «apoyo explícito» a la industria y ha afirmado que «lo que no puede ser» es que como consecuencia del Boletín Oficial del Estado (BOE) una empresa cotizada pierda en una semana 20.000 millones de euros.
«Es necesario respetar la libertad de las empresas y a la vez ver cómo se puede echar una mano para ayudar (a rebajar los precios», ha concluido.