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Gentle parenting, cómo afecta a los padres millennials y sus hijos

La crianza respetuosa, conocida también como gentle parenting, ha ganado popularidad entre los padres millennials como una alternativa a los métodos más estrictos de generaciones anteriores. Este enfoque, según Goldie Uttamchandani, coach especializada en crecimiento personal y familiar, busca validar las emociones de los niños y fomentar un desarrollo emocional saludable. Sin embargo, su implementación puede generar tensiones, tanto en los padres como en los hijos, cuando no se logra un equilibrio adecuado entre la atención emocional y la autoridad parental.

Los beneficios y las dificultades de la crianza respetuosa

Defensores de este modelo, como Sarah Ockwell-Smith, destacan que la crianza respetuosa fomenta un apego seguro, contribuye al desarrollo emocional y promueve la empatía en los niños. Sin embargo, a pesar de estas ventajas teóricas, muchos padres han encontrado dificultades para equilibrar la atención emocional y la autoridad necesaria para establecer límites claros.

La falta de una estructura firme puede llevar a la indulgencia excesiva, lo que, según algunos expertos, está contribuyendo a la creación de niños menos resilientes frente a las adversidades. Además, la presión por validar constantemente los sentimientos de los hijos puede ser agotadora para los padres, que a menudo sienten que deben sacrificar su bienestar personal en favor de complacer a sus hijos.

El impacto en los padres y los niños

Estudios recientes han revelado una correlación preocupante entre un aumento en la participación parental y mayores niveles de ansiedad y depresión en los jóvenes. En un intento por satisfacer las necesidades emocionales de sus hijos, muchos padres millennials han reportado sentimientos de agotamiento emocional, inseguridad sobre su efectividad como figuras de autoridad y una constante lucha para equilibrar sus propias necesidades con las de sus hijos.

Este desequilibrio no solo afecta a los padres, sino también a los niños, que a menudo se enfrentan a una falta de límites claros. Aunque el gentle parenting busca empoderar a los hijos mediante opciones y libertad, la ausencia de directrices firmes puede generar confusión y dificultar la adquisición de habilidades esenciales como la resolución de problemas y la gestión de conflictos.

Ante estas dificultades, surge un debate creciente sobre la viabilidad de la crianza respetuosa en su forma más pura. Incluso Sarah Ockwell-Smith, una de las principales defensoras del gentle parenting, aboga por un enfoque equilibrado que combine atención emocional con límites claros.

Como señala Goldie Uttamchandani, la crianza respetuosa es una invitación a reflexionar sobre las necesidades emocionales tanto de los niños como de los padres. Este enfoque puede ser eficaz cuando se establece un equilibrio adecuado entre la autonomía de los hijos y el bienestar emocional de los progenitores, evitando caer en extremos que comprometan su desarrollo psicológico y emocional.

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