A pesar de su contundente victoria, Syriza se ha quedado a las puertas de la mayoría absoluta. El partido que lidera Alexis Tsipras obtuvo un 36,34 por ciento de los votos lo que llevado al Parlamento se traduce en 149 escaños, tan sólo a dos de la mayoría absoluta y obliga a la formación izquierdista a gobernar en coalición.
Sin embargo, y en contra de lo que se preveía, el proceso de negociación será rápido, y Grecia tendrá nuevo Gobierno a mediados de esta semana. Así lo han anunciado varios medios de comunicación helenos que afirman que «la intención es tener listo el nuevo Gobierno mañana por la tarde o el miércoles por la mañana a lo más tardar». Y es que al partido del joven y apuesto Tsipras novias no le faltan. La primera que, todo sea dicho, empezó a ronear en pleno periodo electoral fue la derecha nacionalista Anel, cuyo presidente Panos Kannenos madrugaba para reunirse con el recién electo Primer Ministro griego.
La reunión entre ambos líderes se producía tras recibir el encargo del Presidente de la República, Károlos Papulias, de «formar Gobierno». Una vez finalizada Kannenos realizaba una declaración más que firme «a partir de este momento hay Gobierno». Minutos más tarde el líder de Anel iba más allá y anunciaba que «hoy Alexis Tsipras visitará al presidente y anunciará el Gobierno».
No obstante y si no hay cambios de última hora, la agenda de Tsipras tendrá pocos espacios en blanco durante los dos primeros días de esta semana ya que también tiene previsto reunirse con Stavros Theodorakis, líder del partido centrista To Potami, así como con el presidente del partido comunista KKE, Dimitris Kutsumbas. En el primer caso no se prevé un acuerdo, principalmente porque, de producirse, podría peligrar la negociación con la derecha nacionalista de Kannenos, quien ya advirtió que no pertenecerá a un Gobierno con representación de los centristas. En el caso del KKE, ha sido el propio Kutsumbas quien ha manifestado abiertamente su desconfianza ante el nuevo Gobierno «seguirá con las mismas políticas».
La deuda les une
Lo cierto es que las divergentes tendencias políticas de ambos partidos han resultado converger en lo que se define como la clave del programa político de Syriza: la renegociación de la deuda externa y el diálogo con la Troika. Pero en este caso la unión no hace la fuerza y Europa ya se ha pronunciado respecto a la intención de negociar la deuda. El BCE (Banco Central Europeo) ya ha dejado «absolutamente claro» que no habrá quita. «No podemos estar de acuerdo con un alivio de la misma», ha manifestado Benoit Coeure, miembro del consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), en una entrevista publicada por el diario alemán Handelsblatt.
Una posición a la que el resto de líderes europeos se han adherido y, tras felicitar al nuevo Primer Ministro, piden de forma unánime que «se respete el compromiso en materia de ajustes y reformas». Un compromiso que tiene su contra parte en la confianza del Eurogrupo hacia el país heleno, cuando hace apenas dos semanas, su presidente, Jeroen Djsselboem, afirmaba que ganase quien ganase «Grecia no saldría del euro».
El camino es largo y habrá que esperar al día 28 de febrero -cuando se negocien los 1.800 millones del segundo tramo del rescate- griego para ver los primeros resultados. Por el momento nos quedamos con la afirmación de Panos Skourletis, portavoz de la Coalición de Izquierdas Radical (SYRIZA), hoy en Grecia «el sol brilla, los cajeros dan dinero, la gente va a trabajar».