Grupo Álava ha presentado el estudio Haciendo Rentable el Hidrógeno Verde: Las cadenas de valor, un análisis exhaustivo del papel del hidrógeno verde en la transición energética hacia un futuro caracterizado por una mayor sostenibilidad.
Grupo Álava, compañía dedicada al desarrollo de tecnología de última generación para distintos sectores de la industria, ha presentado el informe Haciendo Rentable el Hidrógeno Verde: Las cadenas de valor, con el que ofrece una perspectiva sobre cómo esta fuente de energía puede convertirse no solo en una solución para el medioambiente de cara al futuro, sino que también puede ser viable en términos económicos.
En la presentación han participado los expertos de Grupo Álava Yago Sánchez y Beatriz Lucero, el gerente del Centro Nacional de Hidrógeno, Miguel Ángel Fernández, y el CTO de Matecco, Gonzalo Abellán. También el autor del estudio, el experto en hidrógeno Marcos Rupérez, colaborador de Grupo Álava, además de otros expertos del sector.
Con su elaboración, Rupérez y la dirección de Grupo Álava han querido analizar el papel del hidrógeno verde en la transición energética, de cara a un uso de fuentes de energía más limpias. Para ello, evalúa las cadenas de valor asociadas a él, y pone el foco en su viabilidad económica. De esta manera, el estudio ofrece una visión integral de cómo el hidrógeno verde puede convertirse en una solución económicamente viable para la energía del futuro.
En un marco como el actual, en el que el cambio climático hace necesario y urgente la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el hidrógeno verde es un serio candidato para sustituir los combustibles fósiles. No solo en el sector del transporte, sino también en muchas áreas de la industria. Pero según Rupérez, implementarlo a gran escala ofrece aún numerosas barreras. Sobre todo, por sus elevados costes de producción. Además, todavía no cuenta con un gran reconocimiento como energía verde en la sociedad.
Por eso es necesario, tal como apunta Beatriz Lucero, avanzar en superar estas barreras, para lo que ofrece diversas claves. Entre ellas, la generación de la capacidad de crear cadenas de valor sostenibles e integradas. Para ello, no solo hay que buscar la producción eficiente del hidrógeno verde, sino también integrarlo en sectores en los que puede ofrecer un alto valor añadido a los consumidores finales. Como el transporte, la manufactura o la industria química.
En la presentación, además, se ha expresado la necesidad de comunicar de forma efectiva los beneficios del hidrógeno verde para el medioambiente, un aspecto importante para generar la demanda que justifique las inversiones iniciales para su generación, notablemente elevadas.
Yago Sánchez ha recordado también la necesidad de impulsar proyectos de I+D+i relacionados con él en España. Esto se debe a que mediante el aumento de estos proyectos no solo se conseguirá un avance en la reducción de costes de su generación, sino que también se lograrán superar los desafíos técnicos y económicos a los que se enfrenta hoy en día y que dificultan su adopción a gran escala.
En el informe se plasman también ejemplos concretos de cómo integrar el hidrógeno verde en cadenas de valor actuales, con casos de estudio que muestran las ventajas de su adopción y que van desde el transporte marítimo y terrestre hasta la producción de fertilizantes o acero.
Además, el informe no se limita a evaluar el estado actual, sino que también ofrece una visión hacia el futuro, proponiendo estrategias y recomendaciones para superar los obstáculos identificados. Entre estas, se incluyen el fomento de políticas públicas que apoyen la investigación y desarrollo en tecnologías de hidrógeno verde, así como incentivos para su adopción por parte de la industria y los consumidores.
Para Juan Rueda, vicepresidente de desarrollo de negocio de Grupo Álava, “el informe destaca el papel del hidrógeno verde no solo como alternativa energética, sino también como elemento que puede ser un catalizador de un modelo económico y social más sostenible. La transición hacia el hidrógeno verde, aunque ofrece desafíos, es una oportunidad única para definir nuestros sistemas de producción y nuestro consumo de energía, así como para poner en valor al impacto que esta tiene en el medio ambiente”.