La marca se ha constituido en un emblema de dos ruedas que surca las rutas y carreteras de todo el mundo
Ángel Martínez, presidente de Madrid Chapter -la subdivisión local de Harley Owner Group más antigua de España-, estaba desolado, como no puede ser de otro modo, tras la muerte de su padre. Por ello, nada más terminar de darle el último adiós y de ponerse al día con el papeleo, decidió coger una de sus motos -tiene tres en su garaje- para despejarse. Aquél día, hizo más de 200 kilómetros de ruta en carretera.
“No concibo mi vida sin una Harley, siempre está ahí, en tus momentos tristes y en aquellos de alegría -explica el propio Martínez-. No quiero caer en los tópicos de que tener una Harley es un estilo de vida, pero hay una parte de verdad en ello”.
El presidente del capítulo de la capital se hizo con su primera moto de esta compañía hace ya ocho años, aunque antes había sido propietario de otras marcas de motocicletas. Ahora, lo tiene claro: “Ya no las cambio por otras”. De hecho, está pensando en poder comprarse la próxima, confesaba entre risas.
Él, como el resto de usuarios que pertenecen al Harley Owner Group (HOG) -que cuenta con más de un millón de moteros alrededor de todo el mundo-, debe remontarse más de 110 años en el tiempo para agradecerles a William S. Harley y Arthur Davidson, dos amigos de la infancia de la ciudad estadounidense de Milwaukee, comenzar a fabricar motocicletas de competición en un taller del segundo en el año 1903.
Inicios
Nacía así el germen de lo que unos años más adelante se constituiría como Harley Davison Motor Company, en los albores del S. XX. Una época en la que grandes genios revolucionaron el mundo del transporte. Por ejemplo, Henry Ford lanzaba al mercado su modelo A de automóvil y los hermanos Wright conseguían levantar el vuelo con su primitivo modelo de aeroplano.
Sin embargo, para los miembros de HOG, 1903 quedará marcado en el calendario como el nacimiento de un mito de dos ruedas. Una nueva forma de entender las motos, un estilo de vida en la carretera. Pero, en este punto, el lector podría tener una duda ¿Qué es HOG?
Harley Owner Group
Es una organización internacional, fundada y patrocinada por la propia compañía en 1983. Desde el portal web de la asociación en España se asegura que cuenta “con más de un millón de miembros en todo el mundo, unos 100.000 en Europa”, lo que da cuenta del estilo de vida que se crea alrededor de esta marca.
“Es la organización de entusiastas de motocicletas esponsorizada más grande del mundo”, se asegura desde la división nacional. De hecho, se contabiliza que se encuentra representada por más de 1.370 chapters repartidos en más de 119 países distintos.
Un punto que confirma, Javier Ares, comercial en el concesionario Makinostra de Madrid: “Es el club más grande del mundo. Actúa tanto a nivel nacional como internacional. Por otro lado –continuaba el miembro madrileño del club- este se divide en chapters u organizaciones locales”.
Pero ¿por qué nacieron estas divisiones? Ares lo tiene claro: “Harley-Davidson convoca un evento al año, mientras que la división europea también. Sin embargo, no son los suficientes y de esta necesidad nace el chapter, que organiza eventos locales más accesibles para la gente de la zona”.
Chapter Madrid, líder en España
Pertenece, así, como Ángel Martínez, a uno de los capítulos más importantes de nuestro país. De hecho, es el más longevo y el que con más miembros cuenta a nivel nacional, al superar los 200 inscritos. En total, en España se superan la treintena de subdivisiones.
“Aunque no sé el número exacto, hay aproximadamente 30 chapters alrededor de toda España. En total, seremos entre 3.000 y 4.000 afiliados en todo el país”, asegura en este sentido el presidente de la división.
Moteros filántropos
Chapter Madrid es el encargado de organizar la concentración Kilómetro 0 –que se celebró a principios del mes de mayo-. De este evento, llama la atención el carácter social que presenta. En la última concentración de Kilómetro 0 – en su catorceava edición- se consiguió reunir un total de 1.000 euros que se donaron a Cruz Roja España.
De hecho, la organización de origen suizo fue uno de los patrocinadores oficiales que montaron el evento. “Las organizaciones tienen dos objetivos principales. El primero es montar en moto y participar en actividades de este tipo”, expresaba el propio Martínez, para continuar asegurando que “participar en actividades benéficas” se constituye en otro de los pilares esenciales sobre los que se asientan.
“No solo colaboramos con Cruz Roja, también lo hacemos con Aldeas Infantiles, Aprocor… de hecho, estamos en conversaciones con otras para el futuro inmediato”, concluía sobre esta cuestión el presidente de la división madrileña.
¿Pero cuánto cuesta?
Pero, ¿cuánto cuesta hacerse con una de estas motos? Lo cierto es que los precios varían dependiendo del modelo, las características de la moto y la categoría a la que pertenezcan, pudiendo ir desde los 7.350 euros de la Harley-Davidson Street 750 a los 40.500 euros de una Tri Glid Ultra –que cuenta con tres ruedas-.
Sin embargo, la Road King Classic destaca dentro del catálogo de ofertas. Con un coste que se abre a partir de los 25.500 euros, esta moto destaca por presentar un diseño clásico o retro, con la mejor tecnología: “Por supuesto, equipa un motor Twin Cam de alta potencia para poner mucha distancia entre ti y cualquier reloj en el que tengas que fichar”, reza la descripción de esta máquina.
En cualquier caso, los modelos Touring cuentan con los costes más altos, mientras que la categoría sportser es mucho más barata. Es difícil establecer un baremo exacto sobre los precios, aunque la primera categoría suele rondar los 20.000 euros y las últimas rondan los 10.000 euros.
Financiación a medida
“Existen dos tipos diferentes de financiación, el clásico o lineal que dura entre uno y ocho años con o sin entrada –explica Javier Ares en este sentido-. Sin embargo, ahora existe un nuevo sistema de leasing particular que se ha copiado del mundo del automóvil”.
Este modelo se divide en tres partes distintas: una primera entrada en la que se paga entre el 10 y el 50% del valor de la moto; seguido por un periodo de entre dos, tres o cuatro años en el que se paga una cuota mensual.
Para finalizar, existe una cuota final que, aproximadamente, supone el 40% del coste íntegro. En ese momento, el dueño puede decidir si lo paga y se queda con su Harley o si, por el contrario, no lo hace y la devuelve.
“En este punto se abren diversas opciones –explicaba el comercial-. Por un lado, están los propietarios que quieren comprar un nuevo modelo y, en el otro extremo, se encuentran aquellos que la devuelven sin más”.
Estos últimos, según asegura Ares, “pueden pedir que se revenda”. Con este dinero se hace frente al pago del banco e, incluso, queda algo de diferencia para que se la quede el propietario.
Un siglo de éxito
Después de todo, queda claro que aquellos dos amigos de la infancia han dejado tras de sí una compañía que no deja indiferente a nadie y que en 2015 vendió un total de 264.627 unidades alrededor de todo el mundo.
Pero, lo más importante, es que crearon un estilo de vivir la carretera, de viajar, incluso una nueva forma de soñar. Es por ello, que después de un siglo de historia, las Harleys siguen tan vigentes como siempre, marcando el ritmo de las carreteras que cruzan con sus dos ruedas -incluso tres, en algunos modelos-.