Hoteles, restaurantes y bares cerrados hasta final de año?

La Mesa del Turismo tachó hoy de “barbaridad” la previsión que ha lanzado el Ministerio de Trabajo de que se podría posponer hasta fin de año la reapertura con normalidad en los negocios turísticos.

La organización que agrupa a los principales sectores del turismo en España denuncia que este anuncio es “contradictorio con la postura de otros miembros del Gobierno que, desde la prudencia, han evitado hasta el momento poner fechas a la desescalada”.

“Declaraciones alarmistas de este género constituyen una grave temeridad. Si efectivamente llegara a suceder que España se cierra al turismo hasta final de año, esto supondría la ruina total y la quiebra de cientos de miles de empresas turísticas, así como de sus proveedores, pero sobre todo significaría un perjuicio directo para los 2,7 millones de trabajadores del sector turístico”, subraya en un comunicado el presidente de la Mesa, Juan Molas.

La Mesa del Turismo argumenta que la vuelta a la normalidad y el calendario efectivo de la desescalada están aún en el aire, máxime cuando el propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha afirmado que es prematuro sin haber levantado siquiera las medidas de confinamiento de la población.

“Estamos francamente preocupados por las incongruencias evidentes de los mensajes de los diferentes miembros y portavoces del Gobierno, al que exigimos coherencia, seriedad, unidad y una interlocución activa con el sector turístico para que la reactivación se produzca en los mejores términos posibles”, argumenta Molas.

La Mesa del Turismo asegura que el sector trabaja ya en una planificación del retorno a la normalidad, ordenada y coherente con la evolución de la situación sanitaria. Operadores turísticos y compañías aéreas están preparándose para facilitar las reservas en cuanto se levanten las medidas de confinamiento y las restricciones de movilidad. En este sentido, la mesa dice que las declaraciones de la ministra Díaz tienen un efecto muy negativo “al trasladar la incertidumbre también a los mercados internacionales y desalentar a los turistas en su potencial intención de regresar a España”.

“Todavía no hemos dado por perdida del todo la temporada de verano -lo que acarrearía pérdidas acumuladas superiores a los 100.000 millones de euros y la destrucción de miles de empleos-; aún podría salvarse en parte si las circunstancias llegaran a permitir los viajes internos o se habilitara un pasaporte sanitario para las personas que ya han superado la enfermedad o que no la padecen”, apunta el presidente de la Mesa del Turismo.