International Airlines Group (IAG), Ryanair, Easyjet y Wizz Air han presentado denuncias contra Francia ante la Comisión Europea al considerar que las huelgas de sus controladores de tráfico aéreo infringen los derechos de libre circulación en la Unión Europea.
Según explica el holding aéreo del que forman parte Iberia y Vueling, aunque las aerolíneas no cuestionan el derecho de huelga, en sus denuncias plantean que Francia está infringiendo la legislación europea al no permitir sobrevolar el territorio francés durante las huelgas.
Como consecuencia, advierten de que los pasajeros que tienen que sobrevolar Francia se ven privados de su libertad de circulación entre Estados miembros que no están afectados por las huelgas.
Las denuncias identifican un precedente legal para este caso en 1997, cuando las autoridades españolas presentaron denuncias ante la Comisión Europea tras haber sufrido durante muchos años sabotajes por parte de agricultores franceses a las exportaciones de frutas y verduras procedentes de España en la Unión Europea.
Entonces, el Tribunal de Justicia de la UE condenó a Francia por la pasividad de sus autoridades ante las acciones de los agricultores y por incumplir su deber de garantizar la libre circulación de mercancías.
En lo que va de año, las huelgas de controladores de tráfico aéreo en Francia se han incrementado un 300% respecto a 2017. El mes pasado, el Senado francés confirmó que Francia es responsable del 33% de los vuelos que sufren retrasos en Europa.
Para el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, “debe haber un equilibrio entre el derecho de huelga y el derecho de libre circulación porque las huelgas de controladores aéreos en Francia no solamente afectan a pasajeros que vuelan desde y hacia el país galo, sino que también impactan a personas que viajan en rutas que cruzan el territorio francés, especialmente las que sobrevuelan el extenso espacio aéreo de Marsella y del Mediterráneo, y que están sufriendo retrasos y disrupciones significativas”.
“Esto afecta a todas las aerolíneas y tiene un impacto muy negativo en el turismo y en la economía española”, añade.