Imaz (Repsol) ve un «error» prohibir coches de combustión en 2035 y pide apostar por combustibles sintéticos

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha insistido en que prohibir la venta de vehículos nuevos de motor de combustión en 2035 en Europa sería «un grave error», que espera «no suceda» y, por ello, ha apelado a los gobiernos europeos a apostar por «la neutralidad tecnológica». En esta línea, ha animado a «repensar» la transición energética teniendo en cuenta todas las tecnologías y ha abogado por hacer «una apuesta seria» por los combustibles sintéticos.

Imaz ha abordado este jueves las estrategias de política energética en una conferencia en el Parque Científico y Tecnológico de Zamudio, en Bizkaia, durante una jornada organizada con motivo del 40º aniversario de Sprilur y las sociedades Industrialdeak.

El encuentro, presidido por la consejera vasca de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha reunido a un centenar de empresas e instituciones y también ha contado con miembros de CEPE-Coordinadora Española de Polígonos Empresariales, que este año ha celebrado su asamblea general en Zamudio.

En su ponencia, el consejero delegado de Repsol ha opinado que Europa está «fracasando» en las políticas energéticas porque se ha «olvidado» de aspectos como la seguridad del suministro, con lo que se ha convertido en «absolutamente dependiente» de Rusia, y de la accesibilidad para que «la energía fuese barata y las familias pudiesen pagarla todos los meses sin problemas y las industrias consumidoras pudieran producir y exportar siendo competitivos».

Según ha remarcado, «solo importaba la sostenibilidad» pero tampoco «ha ido bien» en ese aspecto porque en Europa también está «fracasando» en materia de descarbonización. Así, ha advertido a quienes sostienen que «en Europa estamos bajando», que «somos el 8% de las emisiones de CO2 del mundo» y el descenso se produce «a costa de disminuir en 3,5 puntos el PIB industrial» en los últimos 20 años.

DESCARBONIZAR

En este marco, ha apelado a «repensar» la transición energética porque, teniendo en cuenta sus resultados, hay que «poner en cuestión su éxito». El consejero delegado de Repsol ha subrayado que es preciso «descarbonizar con eficiencia y sobre todo con tecnología» porque, en su opinión, «el problema de fondo es que se ha planteado una transición energética en Europa que está basada en la ideología».

Para ello, ha animado a «volver al trilema» energético y buscar «los tres objetivos» de seguridad del suministro, precio y competitividad, y sostenibilidad. «Necesitamos suministro de energía», ha insistido Imaz, que ha destacado que Europa ha dejado de producir en los últimos 20 años «prácticamente la misma cantidad de gas que estamos importando de Rusia hace año y medio».

También ha señalado la necesidad de hacer «una apuesta muy seria» por la generación de renovables y, en este sentido, ha advertido de que es preciso «un compromiso» en la sociedad porque «no vale decir ‘yo no lo quiero aquí, y que lo haga el vecino'».

Por otro lado, ha insistido en la importancia de tener «certidumbre» en las políticas porque «es mejor una mala», pero que «la gente sepa en qué invertir», que una que «vaya cambiando cada tres meses». De este modo, ha advertido de que, cuando se hacen «declaraciones demonizando el diésel, al día siguiente la gente deja de comprar coches» y se nota «a la semana» en la reducción de producción de las plantas de automóviles.

De esta forma, cree necesarias «todas las tecnologías», también en el ámbito de la movilidad y ha opinado que «no es realista» una movilidad «solo eléctrica». «No podemos hacer una movilidad solo para ricos, para gente que pueda pagar coche eléctrico, para quien tiene un garaje», ha manifestado.

COMBUSTIBLES SINTÉTICOS

Asimismo, ha abogado por hacer «una apuesta seria por los combustibles sintéticos» y, en este sentido, ha destacado que Bizkaia va a tener «uno de los únicos proyectos europeos de producción de combustibles sintéticos en los próximos tiempos».

Frente a quienes aluden a que «son muy caros», ha señalado que, en función de estudios del Instituto Fraunhofer, sus previsiones de coste apuntan a que «2035 con un 42% de mezcla sintético y un 58% de diésel mineral 1,36 euros/litro, pagando ya sus respectivos impuestos, y en el año 2050 con 100% de combustible sintético 1,38 euros/litro».

Imaz ha cuestionado por qué «todo el mundo concede al hidrógeno, al coche eléctrico, a lo que sea, una capacidad de bajar costes en los próximos años porque la tecnología va a evolucionar» y, sin embargo, «a los sintéticos se les pone la carga de la prueba de los costes actuales».

En este marco, ha reiterado que le parece «un grave error» que se prohíban las ventas de vehículos con motor de combustión en 2035, una cuestión que genera «incertidumbre», provoca que los ciudadanos «no sepan qué comprar» y no cambien de coche y hace que las empresas no inviertan en la mejora de eficiencia de esos motores, lo que es «malo» para el medioambiente.

Por ello, ha esperado que finalmente «no suceda» ya que, según ha valorado, «afortunadamente hay sentido común» y gobiernos como el italiano o el alemán «están poniendo ya pie en pared». Tras recordar «el peso importantísimo» del automóvil en el Estado, ha asegurado que le gustaría que «el resto de gobiernos europeos actuasen en consecuencia e hiciesen una apuesta muy fuerte por la neutralidad tecnológica. Es decir, que todas las tecnologías compitan».

«Espero que no llegue a pasar porque dañaría el tejido industrial, sería socialmente regresivo y, además, impediría bajar las emisiones de CO2 y los consumos energéticos», ha insistido Imaz, que ha valorado que la política de transición en Estados Unidos se basa en «la zanahoria», mientras que la europea utiliza «el palo».

Por otro lado, el consejero delegado de Repsol ha dicho que «el PIB industrial se tiene que seguir manteniendo o creciendo» porque permite tener «una sociedad de bienestar», genera empleos «de calidad, bien pagados y estables», y constituye el «ecosistema» necesario para la tecnología e innovación.

Imaz ha defendido, asimismo, profundizar en «el reconocimiento social del empresario» porque «va a ser positivo en términos de generación de empresa» y empleos. Así, en los actuales «tiempos difíciles», ha lamentado que algunos gobiernos populistas tienen la tentación de poner una especie de escudo social, entre el descontento social y ellos, y dirigen el foco hacia los empresarios y las empresas», lo que ve «muy peligroso».

Así, ha apelado a «mimar al empresario» con «todo tipo de políticas» y ha reivindicado «una fiscalidad atractiva» para las empresas en la que las medidas vayan «dirigidas a que se invierta».

TAPIA

Por su parte, Arantxa Tapia ha destacado, en su intervención, la labor desarrollada por Sprilur y el Programa Industrialdeak, que se comenzó a impulsar en «plena época de reconversión industrial» para que «ninguna iniciativa empresarial se malograr por no encontrar un lugar donde ubicarse».

Cuatro décadas después, ha explicado, se ha configurado una red de más de 130 áreas empresariales y polígonos industriales, de manera que la superficie de suelo industrial gestionado supera los 12 millones de metros cuadrados. La inversión destinada se ha elevado a 1.097 millones y cerca de 2.150 empresas se han instalado en las áreas empresariales gestionadas, con unos 40.000 empleos.

Tapia ha recordado, asimismo, que en 2021 se ha iniciado un nuevo ciclo de actividad, dirigido prioritariamente a la regeneración y rehabilitación de áreas degradadas y a la reactivación de suelos en desuso. En estos dos últimos años, se han activado 20 proyectos que suponen más de 1 millón de metros cuadrados de espacios en proceso de descontaminación y de recuperación para su puesta en valor.