La India, Estados Unidos y Arabia Saudí serán los tres países que más pérdidas económicas sufrirán por el cambio climático, según un estudio realizado por cuatro investigadores al cuantificar el coste social del carbono (SCC, por sus siglas en inglés), esto es, la medida del daño económico de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
El estudio, publicado en la revista ‘Nature Climate Change’, abarca los casi 200 países del mundo y ofrece resultados sorprendentes porque muchas investigaciones previas se han centrado en cómo los países ricos se benefician de una economía sostenida con combustibles fósiles y los daños se acumulan principalmente en las naciones en desarrollo.
China, que es el mayor emisor de CO2 del mundo, se cuela entre los cinco países con las mayores pérdidas, un ranking cuyas tres primeras posiciones están copadas por la India, Estados Unidos y Arabia Saudí.
Los investigadores calcularon las contribuciones nacionales al coste social del carbono utilizando proyecciones climáticas recientes, estimaciones empíricas del daño económico impulsado por el clima y pronósticos socioeconómicos.
Además de revelar que algunos países sufrirán más que otros por las emisiones de CO2, también muestra que el SCC es significativamente más alto que el utilizado habitualmente por el Gobierno de Estados Unidos para informar sobre decisiones políticas.
Los cálculos recientes más fiables de coste social del carbono son de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), que lo cifra entre 12 y 62 dólares por tonelada métrica de CO2 emitida en 2020.
“MITO TOTAL”
Sin embargo, el nuevo estudio muestra que el SCC abarca entre 180 y 800 dólares por tonelada de emisiones de carbono. En particular, en Estados Unidos es de 50 dólares por tonelada, lo que significa que los casi 5.000 millones de toneladas métricas de CO2 que emite este país cada año cuestan a la economía estadounidense alrededor de 250.000 millones de dólares.
«Todos sabemos que el dióxido de carbono liberado de la quema de combustibles fósiles afecta a personas y ecosistemas en todo el mundo, hoy y en el futuro. Sin embargo, estos impactos no están incluidos en los precios del mercado y se crea una externalidad ambiental por la cual los consumidores de energía de combustibles fósiles desconocen los costos reales de su consumo», explica Kate Ricke, de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y autora principal del trabajo.
Por ejemplo, las afirmaciones de que el dióxido de carbono causa un daño relativamente pequeño a la economía pueden justificar más fácilmente los retrocesos en la regulación ambiental.
Para modelar los efectos de las emisiones de CO2 en las temperaturas de los países, los autores utilizan un enfoque innovador combinando los resultados de varios experimentos de modelado del clima y del ciclo del carbono para capturar la magnitud y el patrón geográfico de calentamiento en diferentes trayectorias de emisión de gases de efecto invernadero, y la respuesta del ciclo del carbono y del sistema climático a las emisiones de carbono.
«Nuestro análisis demuestra que el argumento de que los principales beneficiarios de las reducciones en las emisiones de dióxido de carbono serían otros países es un mito total», dijo Ricke, quien añade: «Constantemente encontramos, a través de cientos de escenarios de incertidumbre, que Estados Unidos siempre tiene uno de los costes sociales de carbono a nivel de país más altos. Tiene mucho sentido porque cuanto más grande es su economía, más tiene que perder”.
Los hallazgos apuntan a un comportamiento paradójico en el ámbito de la gobernanza climática. Si bien la UE ha sido un líder internacional en temas climáticos, la investigación muestra que los niveles de amenaza del calentamiento global en el futuro serán mucho más altos para países como Estados Unidos y la India, naciones que se espera que asuman un papel de liderazgo en la política climática, lo que históricamente no ha ocurrido.