En el vertiginoso universo del comercio digital, la creatividad y el uso de tecnologías avanzadas son elementos claves para desarrollar una sólida presencia. Pero, además, en un entorno donde la competencia cada vez es mayor, la personalización se ha vuelto esencial.
Por tal motivo, un concepto que se ha vuelto muy popular es el de marketing personalizado. Este consiste en individualizar al máximo el contenido, ajustándose a los gustos, intereses, necesidades e incluso comportamientos de cada cliente. Esta estrategia tiene un efecto poderoso, puesto que crea lazos emocionales fuertes que generan el anhelado brand love hacia una marca.
En ese sentido, uno de los ejemplos más interesantes y novedosos de este modelo lo ha desarrollado Amaze, una compañía creada por los ilusionistas Julián Ávila y Marcos Amadeo. Ellos utilizaron su talento y su conocimiento de técnicas de asombro para crear una plataforma de personalización de contenidos en tiempo real. Esto permite que las organizaciones lleven a cabo campañas de marketing en las que se pueden comunicar con cientos o miles de clientes a través de vídeos hiperpersonalizados.
Modelo de marketing personalizado
Desde hace décadas, diversos factores involucrados con el mundo del marketing han destinado cuantiosos recursos para investigar cómo se relacionan las emociones con los hábitos de compra. De esa manera, múltiples estudios han permitido comprender varios procesos mentales que influyen en las preferencias de los compradores y que determinan a qué marcas se vuelven leales.
En general, las conclusiones apuntan a que las personas se sienten atraídas y, en ocasiones, conmovidas ante el contenido personalizado, debido al sesgo atencional. Esta expresión se refiere a la existencia de una tendencia selectiva que determina a qué información se le presta atención en detrimento de todo lo demás. En el entorno digital esto es crucial porque frente al exceso de contenido, los usuarios suelen descartar rápidamente todo lo que no consideran relevante.
Por el contrario, cuando el contenido se ajusta a los intereses del usuario se activa el sistema de activación reticular del cerebro, el cual funciona como una especie de radar que detecta solo aquello que le resulta importante.
El poder de las emociones
Además, si el potencial cliente conecta con el anuncio desde el plano emocional, se elevan las posibilidades de que se concrete una compra y se produzca un sentimiento de lealtad hacia una empresa. Esto sucede porque este tipo de interacciones generan en el usuario una sensación de identidad con la marca, sobre todo cuando siente que un producto o servicio se ha diseñado exclusivamente para él.
Por último, y en relación con lo anterior, otro aspecto que entra en juego es el de la memoria. Regularmente, las personas olvidan gran parte del contenido al que han estado expuestas o solo tienen recuerdos difusos. Pero, cuando un anuncio le ha causado una gran impresión, aumentan las probabilidades de recordarlo y experimentar nuevas descargas emocionales al rememorarlo.