Industria lanza una campaña para apoyar la compra de productos originales de cara a las Navidades

La Oficina Española de Patentes y Marcas, entidad adscrita al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ha lanzado este viernes la campaña ‘Efectos Secundarios Positivos’, con el objetivo de que los consumidores españoles apuesten por los productos originales en esta campaña de Navidad.

Para el Ministerio estos «efectos secundarios», cuyo símbolo gráfico está remarcado con un asterisco (a imitación de las populares contraindicaciones que se señalan con una nota al pie) son el pago de impuestos, el empleo de calidad, la ayuda a la reactivación de la economía y al comercio local, la protección al medio ambiente o los máximos estándares de calidad.

«Queremos reforzar al consumidor que lo hace bien y huye de las falsificaciones, además de concienciarle de lo que estas provocan tanto para la salud pública como para el conjunto de la economía del país», ha apuntado la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, encargada de presentar esta campaña.

Tal y como ha recordado el director de la Oficina de Patentes y Marcos, José Antonio Gil Celedonio, esta campaña tiene un carácter positivo «mostrando los principales beneficios que tiene consumir productos originales para el conjunto de la economía».

Esta iniciativa, cuyo presupuesto ha ascendido a 745.000 euros, estará vigente hasta el próximo 20 de diciembre y consistirá en una campaña multicanal y estará tanto en prensa (anuncio publicitario en TV, anuncios en prensa escrita generalista y especializada), redes sociales y publicidad ‘offline’ con anuncios en marquesinas y soportes de publicidad exterior.

Además, la campaña ha creado una serie de pegatinas para que los comercios en los que se venden productos originales puedan colocarlas e indicar a sus clientes que allí se venden productos originales.

UN PERJUICIO PARA LA ECONOMÍA DE MÁS DE 6.000 MILLONES

Reyes Maroto también ha recordado que, según un estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), los productos falsificados hacen perder a España 2.200 millones de euros anualmente y destruyen más de 50.000 empleos.

«El fenómeno de la falsificación representa una amenaza para la innovación, el crecimiento económico, la salud, y su control requiere una acción coordinada, a todos los niveles tanto a nivel de la Unión Europea como a nivel global», ha señalado Maroto.

Asimismo, ha felicitado a la Oficina de Patentes y Marcas por el ingente trabajo realizado para frenar las falsificaciones de medicamentos, especialmente durante las épocas más duras de la pandemia. «Estamos bastante orgullosos de haber frenado el auge de un montón de productos peligrosos para la salud de la ciudadanía», ha declarado.

UNA ACTIVIDAD ILEGAL QUE AFECTA A TODA LA CADENA LOGÍSTICA

Tal y como ha destacado el jefe de la Sección de Delitos contra la Propiedad Industrial de la Policía Nacional, Luis Manuel Martín, «todo es falsificable, desde papel moneda, vehículos de alta gama, bebidas alcohólicas o incluso leche para bebés». Además, ha lamentado que las falsificaciones no son percibidas como un peligro o como algo pernicioso, pese al «evidente» riesgo para la salud, la evasión fiscal y la consecuente destrucción de empleo que generan.

También ha recalcado en que estas actividades podrían servir para financiar otras actividades potencialmente peligrosas y ha querido ejemplificar el gran volumen de negocio que mueven este tipo de actividades recordando una operación efectuada en febrero en Valladolid contra una fábrica de cigarrillos ilegales, en la que se calculó que se generaba un volumen de negocio de tres millones de euros mensuales y se incautaron útiles por valor de cinco millones de euros.

Además, Martín ha recordado que durante el año 2020 se incautaron un total de un millón y medio de productos falsificados, por un importe de 71 millones de euros. «El principal sector afectado fue el textil y las comunidades en las que se incautó un mayor número de productos Cataluña, Andalucía y La Rioja», ha afirmado.

Por último, Gil Celedonio ha admitido que las falsificaciones provocan un perjuicio para toda la cadena de valor y que los productos originales, además de crear empleo, son productos de «alto valor añadido».