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España insiste en que Jerusalén es una «cuestión central» para la paz y la «negociación» entre israelíes y palestinos

El Gobierno español reitera que su posición sobre el status de Jerusalén coincide con la recogida en las distintas resoluciones de la ONU que establecen que la ciudad ha de ser una de las «cuestiones centrales» del proceso de paz y «objeto de negociación» entre israelíes y palestinos.

Así se pronunció el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, reconociese ayer a Jerusalén como la capital de Israel y ordenase trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a esa ciudad.

El Ejecutivo subrayó que «la mejor forma de garantizar las aspiraciones de las dos partes es la solución de los dos estados, Israel y Palestina, viviendo juntos en paz y seguridad» y dejó claro que «el status final de Jerusalén deberá ser la consecuencia de esas negociaciones».

Trump reconoció ayer a Jerusalén como la capital de Israel y ordenó trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a esa ciudad. El presidente de EEUU llevó adelante sus planes a pesar de las advertencias de la UE y de los ruegos y amenazas de los países árabes.

Jerusalén es una herida que supura en el seno de la comunidad internacional. Tras el acuerdo de partición de Palestina hace 70 años, la ciudad quedaba provisionalmente bajo administración internacional. No obstante, pronto la parte occidental de la urbe fue ocupada por Israel y tras la guerra de los Seis Días (1967) también lo fue la oriental. Esta parte es la que los palestinos consideran su capital.

Ante esta tesitura, todos los países tienen radicadas sus embajadas en Tel Aviv, por lo que la decisión de Trump ha sentado un precedente. El Congreso de EEUU acordó en 1995 trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, aunque aplazó la puesta en marcha de esta decisión por «seguridad nacional».

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