El eurodiputado socialista, Ramón Jaurégi, ha pedido a la Comisión especial contra la evasión, el fraude y la competencia fiscal, un «cambio radical» en el sistema fiscal europeo, a través del cual se desarrolle una «hacienda pública europea con impuestos supranacionales que puedan ser recaudados por la Unión». Con esta afirmación Jaurégui ha dejado clara su posición de continuar defendiendo la Tasa Tobin, de la que recordemos, fue principal impulsor. Además, y en declaraciones realizadas ayer, el eurodiputado socialista afirmó la necesidad de crear un Impuesto de Sociedades común para la Unión Europea».
Aunque por el momento ni Jaúregui, ni ningún otro miembro de la Comisión, entre los que se encuentra el popular Pablo Zabla, no han concretado qué otros impuestos se incluirían en la nueva fiscalidad de la Unión, fuentes consultadas por Diario Financiero coinciden en que «además del Impuesto de Sociedades común Europa sí debe tender a una homogeneización del IVA (Impuesto de Valor Añadido)».
Ramón Jaúregui ha insistido también que se debe evitar la tendencia defraudadora de empresas que buscan «domicilios fiscales más baratos». Ésto implicaría suprimir los incentivos fiscales a la inversión en vigor en algunos países de la UE, y que facilitan que se produzcan «fraudes por deslocalizaciones interesadas».
Por otra parte el eurodiputado socialistas a afirmado que «se debe avanzar desde una perspectiva progresista en la fiscalidad europea», algo que podría interpretarse como la aprobación de una norma común que recoja un incremento de los tipos impositivos a las rentas más altas y la aplicación de rebajas a las rentas bajas. Sin embargo este modelo socialdemócrata, ya se ha puesto en práctica en países como Francia y, lejos de ser una vía de engorde, para las arcas del Estado, ha generado que grandes fortunas y empresas hayan optado por establecer su residencia en paraísos fiscales como Irlanda y Luxemburgo.
La Tasa Tobin la pagaríamos todos
De aprobarse la Tasa Tobin en Europa, algo en lo que parecen estar de acuerdo los veintiocho (incluido en ministro de Economía Luis De Guindos), las consecuencias la pagaríamos todos los usuarios de banca, es decir, todos los Europeos. Según las propuestas que presentadas incialmente por Bruselas la tasa gravaría un 0,1 por ciento las transacciones de acciones y bonos, y un 0,01 por ciento las de derivados, esto generaría un impacto de entre 3.000 y 4.000 millones de euros en España que, según los expertos «serían soportados por las clases medias ya que los bancos lo repercutirían a través de comisiones existentes u otras nuevas».