Jesús Gil: “Los bancos no son nuestros competidores. Lo han sido de la vivienda mala”

El mercado de la vivienda sigue mostrando un comportamiento dual. Lo ha explicado, en una entrevista en Gestiona Radio, el consejero delegado de Gilmar, Jesús Gil Marín. “Dentro del sector hay zonas o mercados concretos que se están comportando con cierta alegría pero hay otras que siguen con una inactividad prácticamente absoluta”, ha señalado.

Según Gil Marín, se empieza a vender sobre plano de manera “muy tímida” y reconoce que ha sido la vivienda de segunda mano la primera en tirar del sector. “No hay obra nueva y no hay muchas posibilidades de comparar. Hace poco, poner ladrillos a precio de costo era más caro que obtener una vivienda de segunda mano. Por tanto, ésta ha sido la primera en mostrar pujanza y ahora sigue siendo unos de los bastiones que defiende el sector”, ha afirmado.

El consejero delegado de Gilmar ha reconocido que ya se ven nuevas promociones en el centro de Madrid, algo que hacía mucho tiempo que no ocurría. También marchan bien las cosas en áreas residenciales de lujo como La Moraleja, en Alcobendas, o La Finca, en Pozuelo de Alarcón que “mantienen el nivel por la calidad de sus viviendas”.

Y a la calidad de las viviendas recurre Gil Marín para negar que sus principales competidores, en este momento, sean los bancos. “Lo han sido pero en la vivienda mala. Es complicado que les lleguen viviendas de cierta calidad”, ha matizado.

Sobre el perfil del actual inversor en el mercado de la vivienda, Gil Marín ha reconocido que existe un interés por parte de los extranjeros. “Está el hombre de negocios oriental, ruso o de otros países que compra oficinas o viviendas de alto nivel. Por otra parte, también los inversiones institucionales, fondos, que han tomado posiciones importantes en España”, ha explicado. Pese a ese interés de los inversores foráneos, el consejero delegado de Gilmar ha revelado no son tantos como se creía quienes han aprovechado el cambio en la Ley de emprendedores que permite obtener la residencia a quien invierta medio millón de euros en una vivienda. “Fue un boom. Muchos nos pusimos a contratar empleados chinos pensando que iba a ser el aluvión y es cierto que ha habido un volumen de operaciones pero no tanto como se pensaba”, ha concluido.