Joe Biden será el presidente número 46 de EE.UU. Tras ser el candidato más votado de la historia del país, con más de 74 millones de sufragios a su favor y 5 días después del cierre de las urnas, el demócrata ocupará La Casa Blanca durante los próximos cuatro años. El ex vicepresidente durante la Administración Obama consigue el objetivo que ha perseguido durante toda su carrera: la presidencia de los Estados Unidos.
Con John F. Kennedy como referente, Biden inició su carrera política ocupando la concejalía del condado de New Castle a la edad de 27 años. Su ambición pronto le llevaría a optar por cotas más altas. En 1972, decidió presentarse como demócrata a la carrera senatorial por el estado de Delaware. Su rival sería Cale Boggs, un histórico líder republicano próximo a Nixon. En su haber, 12 años ocupando el puesto de senador y un amplio bagaje como representante público. Sin embargo, Joe Biden ganaría aquellos comicios por unos 3.000 votos contra todo pronóstico. Su método, caracterizado por la cercanía con la comunidad afroamericana, comenzaba a dar resultados. Biden no se quedaría ahí, sino que volvería a revalidar su puesto en el Senado seis veces más. Con tan solo 30 años, ponía por primera vez rumbo a Washington D.C.
La gran tragedia de su vida ensombreció el fulgurante inicio de su carrera. Aquel 18 de noviembre, Biden se encontraba con su hermana Valerie en la capital cuando recibieron una llamada. Era su hermano Jim. Malas noticias. Un accidente de tráfico había acabado con la vida de su esposa Neilia –con la que había contraído matrimonio seis años antes–. Su hija Naomi también murió en el acto. Por su parte, Beau y Hunter, los otros dos hijos de la pareja que también viajaban en el vehículo, sobrevivieron. Biden, devastado, planteó su dimisión. Tan solo los consejos del entonces líder de la mayoría del Senado le persuadieron para no hacerlo. Días después, las autoridades celebraron su ceremonia de investidura en el Hospital de Wilmington. Biden prestó juramento junto a sus hijos para convertirse en el sexto senador más joven de la historia de EE.UU.
LOS DIFÍCILES PRIMEROS AÑOS
Nacido en Scranton (Pensilvania), el estado que le ha dado la victoria; y criado en Wilmington, la ciudad principal de Delaware, Joseph R. Biden Jr. creció en el seno de una familia católica de origen irlandés, de la misma forma que su idolatrado Kennedy. Su padre, vendedor de coches, y su madre, ama de casa, formaron y condujeron a Joe, el primogénito, y a sus tres hermanos con humildad. Su infancia estuvo profundamente marcada por la lucha contra tartamudez y el afán constante de superación. Pasó de ser aquel niño tímido con problemas para socializar, a convertirse en la estrella del equipo de fútbol americano del instituto. Joe aprendió rápido a afrontar las adversidades.
Graduado en la Academia Claymont Archmere en 1961, el joven Joe nunca destacó por ser buen estudiante. Cuatro años después consiguió el título en Historia y Ciencias Políticas en la Universidad de Delaware. Finalizaría sus estudios con una especialización en Siracusa, cosechando unas calificaciones mediocres que le llevaron a ser el número 76 del total de 85 estudiantes de su clase. La abogacía sería su primer empleo, aunque pronto recalaría en la política. Allí encontró su refugio.
Ya consolidado en el Senado, Biden impulsó en 1984 la aprobación de la Ley de Control Integral del Crimen. Una decisión de la que se desmarcó durante las pasadas primarias demócratas. En el año 1991, el aún senador por Delaware presidió el Comité Judicial del Senado, desde donde tuvo que afrontar un polémico caso. Meses antes, el entonces presidente George H.W. Bush había propuesto al juez Clarence Thomas como miembro para la Corte Suprema. No obstante, una acusación de acoso sexual dirigida a Thomas por parte de Anita Hill, una de sus antiguas empleadas, llevó el caso al Senado. Biden encarnaba el papel de presidente, lo que le obligaba a tomar decisiones. La audiencia se resolvió sin consecuencias para el juez y, pese a negar su nominación, la imagen de Biden quedó dañada por su insuficiente intervención a la hora de proteger a la denunciante.
Otra de sus polémicas decisiones llegaría en el año 1996, cuando votó a favor de la Ley de Defensa del Matrimonio. Una ley que impidió al gobierno federal el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo y que reivindicó en una entrevista televisiva en el año 2006. Además, ejerciendo como presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado –cargo que ocupó desde 2001 hasta 2009–, Biden apoyó la intervención en Afganistán y, dos años más tarde, la invasión de Irak. Desde el comienzo de su campaña en las primarias, Biden ha renegado de estas decisiones.
UNA AMBICIÓN INQUEBRANTABLE POR LA PRESIDENCIA
Esta no ha sido la primera experiencia de Biden en unas primarias del Partido Demócrata. El 9 de junio de 1988 anunció por primera vez su candidatura después de 14 años en el Senado. Para entonces, Biden se había vuelto a casar –con su actual esposa Jill–, había sido padre de nuevo, y sus hijos Beau y Hunter eran ya mayores de edad. Aquella efímera candidatura se disolvió cuando el candidato plagió un discurso del laborista Neil Kinnock. Biden hizo pasar como suyas las palabras del líder británico durante un debate con otros candidatos. A partir de ahí, la prensa publicó una serie de documentos que demostraban que no era la primera vez que lo hacía. El 23 de septiembre, aparentemente abrumado, admitió su error y retiró su candidatura.
Pero este revés no hizo cejar a Biden de su objetivo, pues en 2007 volvería a probar suerte. Sin embargo, su dilatada experiencia sería insuficiente para disputar el puesto al joven senador por Illinois, Barack Obama. Un grave error minimizaría, una vez más, sus opciones. Justo el mismo día en el que presentó su candidatura, Biden declaró sobre Obama lo siguiente: «Tienes al primer afroamericano convencional que es elocuente, brillante, limpio y un tipo agradable. Es de cuento, hombre.» El elogio fue tildado de racista por la opinión pública. La comunidad afroamericana, un baluarte demócrata, se sintió especialmente dolida por las declaraciones. Biden trató de enmendar su desliz, pero ya era demasiado tarde, su segunda candidatura había fracasado.
Entonces, durante la carrera hacia La Casa Blanca un año después, se produjo un hecho que sorprendió a propios y extraños. Aquel suceso con Obama fue el punto de inflexión en la carrera de Biden. «Surgió un respeto mutuo», afirma Valerie Jarret, una de las asesoras de Obama. «Y de aquel respeto mutuo surgió una amistad verdadera». Obama vio en Biden un valioso consejero. Le ofreció ser su vicepresidente. Así, el día 22 de agosto del año 2008, Obama presentó a Joe Biden como compañero de ticket presidencial. Tan solo cuatro meses después ganarían las elecciones y Biden se convertía en el vicepresidente número 47 de la historia de los Estados Unidos. Aunque su confirmación no fue tan fácil. El entonces senador dudó unas semanas hasta que, reunido con su familia en Wilmington, su madre le dijo: “Joey, ¿me estás diciendo que el primer presidente afroamericano de la historia cree que puedes ayudarle a ganar y vas a negarte?” No había vuelta atrás: la decisión estaba tomada. Biden había convertido un error en una vicepresidencia histórica.
VIDA PRIVADA Y CONTROVERSIA
Meses antes de la finalización del segundo mandato de la Administración Obama, el entonces vicepresidente sufrió un duro revés. Su hijo Beau fallecía a causa de un tumor cerebral que venía arrastrando desde 2013. En Beau, el primogénito, había depositado la confianza para heredar su legado político. Este contratiempo le hizo abandonar las primarias demócratas de 2016, dejando el camino libre para Hillary Clinton. De su primera mujer solo queda con vida su hijo Hunter, cuya vida ha sido objeto de las críticas más desestabilizadoras.
La vida de Hunter se vio zarandeada por la muerte de su hermano. Las drogas, el alcoholismo y otros sucesos polémicos inundaron su vida. Sin embargo, los principales ataques a Biden han llegado por el rol de Hunter como ejecutivo de Burisma Holdings, un grupo de empresas de exploración y producción de energía y gas natural. El año pasado, los medios informaron que Trump había presionado al primer ministro ucraniano para dar comienzo a una investigación por los supuestos negocios ilícitos de Hunter. Medios como The New York Post publicaron información de dudosa veracidad para dañar los últimos compases de la campaña demócrata, y Trump atacó por este flanco a Biden en el primer debate presidencial.
Las dudas, la constante polémica y las múltiples criticas no han sido suficientes para incapacitar a Joe Biden. El candidato demócrata lidera el ala moderada del partido. Más cercano al centro, se espera que tienda puentes con los republicanos y consiga rebajar el clima de crispación que atraviesa el país. El propio Biden ha dejado caer durante la campaña que su elección es solo para los primeros 4 años. En principio, su objetivo es ser un presidente de transición. Su edad hace comprensible este factor, y es que Biden es el presidente de más edad en ocupar El Ala Oeste adelantando a William Henry Harrison. En todo caso, su carrera está marcada por la superación de contratiempos. Veremos si es capaz de cicatrizar las heridas de un país en profunda división.