Jordi Ludevid, presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, nos ha contado su visión de la arquitectura en Gestiona Radio.
-¿Hay futuro para los arquitectos que salen de nuestras universidades?
Estas nuevas generaciones no van a tener el mismo horizonte profesional que tuvimos nosotros, por eso están acostumbrados a viajar y también a trabajar fuera de España. Esto junto con ilusión les va a permitir abrirse camino. De hecho, los arquitectos españoles son muy competitivos en el mundo exterior.
-¿Crees que ha perdido valor la profesión?
Yo creo que el valor se ha desplazado a otras zonas. El reconocimiento social puede mejorar, porque el nivel español es muy alto y sin embargo dentro del país a veces se nos valora y otras no tanto.
-¿Qué medidas le piden los arquitectos al Gobierno para que mejore la situación del sector?
El mantenimiento de la LOE tal como está y una cuestión fundamental, regular los concursos de arquitectura. Ahí habría un camino de mejora importante.
-¿El mercado de la vivienda da síntomas de recuperación? ¿Los precios han tocado fondo? ¿Es momento de comprar?
Yo creo que estamos relativamente estables pero debajo de todo, por tanto no podemos cantar victoria. No bajar más no significa estar subiendo.
-¿Qué nota le pondría a España arquitectónicamente?
Le pondría una nota alta. Creo que nuestro turismo se apoya en grandes monumentos arquitectónicos como La Alhambra o la Sagrada Familia y sobre esto se construye la gastronomía y el paisaje.
-¿Con qué ciudad se queda arquitectónicamente hablando: Madrid o Barcelona?
Son muy distintas, no puedo elegir. Pero creo que Barcelona es una ciudad afortunada porque tiene episodios muy relevantes y durante mucho tiempo ha tenido una apuesta arquitectónica sostenida desde el Municipio.
– Construcción que más le ha impactado arquitectónicamente para bien y para mal
Lo aberrante sucede cuando la arquitectura se convierte en mercado, en cambio uno se impresiona cuando observa el espacio público de Medellín (Colombia). Lo importante es apostar por la arquitectura no un año ni dos, sino veinte y treinta como Nueva York o Chicago. En Medellín me impresionó ver como la arquitectura puede ayudar a una ciudad a salir del pozo.