La actividad del sector manufacturero español volvió a expandirse en septiembre, aunque lo hizo de manera marginal, según refleja la encuesta de gestores de compras (PMI), que subió hasta los 50,8 puntos desde los 49,9 del mes de agosto, lo que permitió una estabilización del empleo, a pesar del elevado grado de incertidumbre respecto del impacto de la pandemia en la economía.
La producción manufacturera aumentó por tercer mes consecutivo en septiembre, a pesar de que los nuevos pedidos volvieron a caer. En este sentido, el impacto de la pandemia sobre la demanda siguió siendo negativo y continuó afectando especialmente la demanda interna, mientras que las empresas encuestadas informaron de un cierto crecimiento de las ventas a clientes internacionales.
De este modo, los pedidos de exportación aumentaron en septiembre solo por segunda vez en los últimos dieciséis meses, aunque el crecimiento fue modesto y más débil que el observado el pasado mes de julio.
«Aunque se observó un retorno al crecimiento en septiembre, los últimos datos sugieren que el sector manufacturero continúa esforzándose por recuperar una tracción significativa, ya que las ventas en general se vieron nuevamente afectadas por la pandemia. En consecuencia, las empresas se mantienen cautas respecto de las compras y los inventarios, centrándose en mantener un flujo de liquidez positivo», indicó Paul Smith, economista de IHS Markit.
En este sentido, el aumento de las necesidades de producción alentó a las empresas a contratar más personal por primera vez en casi un año y medio, aunque el incremento del empleo fue muy leve y se produjo en el contexto de una disminución de los pedidos pendientes de realización,
ya que persiste el exceso de capacidad en el sector.
«La estabilización del empleo y la mejora de la confianza con respecto a los próximos doce meses sugieren que las empresas confían en que la actividad del mercado se fortalecerá, pero solo una vez que la Covid-19 esté completamente bajo control», añadió Smith.